La Diputación corrige y rebaja de 30 a 14 las hectáreas arrasadas por el fuego en Jaizkibel

El fuego se declaró sobre las 12.30 horas y obligó a desplegarse desde un principio a bomberos de los parques de Bidasoa y de Tolosa a las cercanías de la cala Alabortza de Pasai Donibane. Posteriormente, también se sumaron al dispositivo efectivos de la Guardia Municipal de Pasaia, la Ertzaintza, Protección Civil y el helicóptero de lucha contra incendios a disposición de las tres diputaciones vascas, que puede verter mil litros de agua en solo unos segundos.

Hicieron falta más de ocho horas para controlar el fuego, del que aún se desconoce su origen. Los bomberos declararon sofocado el incendio pasadas las once de la noche y un retén de forestales ha permanecido la noche de guardia para impedir que se avivaran rescoldos.

A pesar de la virulencia de las llamas, perfectamente visibles desde la vecina orilla de San Pedro, el fuego no llegó a amenazar en ningún momento el núcleo urbano del mencionado distrito ni las viviendas erigidas en la zona más rural. Sí hubo preocupación por la existencia de un grupo de niños en el albergue de Arrokaundieta, pero éste pudo abandonar la zona sin complicación alguna.

El fuego se encontraba controlado, pasadas las 16.30 horas, en su frente derecho -en dirección a Hondarribia-, pero continuó activo en el izquierdo durante cerca de cuatro horas más. Seis efectivos de bomberos con dos camiones cisterna trabajaron para atacar las llamas desde tierra. Junto a ellos, también actuaban tres brigadas de extinción de la dirección de Montes y Medio Natural, con dos cisternas más de agua, así como cuatro guardas forestales y dos técnicos.

El helicóptero de incendios forestales llevó a cabo incontables desplazamientos para arrojar sobre las llamas el agua que recogía directamente de la bahía, en las inmediaciones del Auditorio Juanba Berasategi de Donibane.

Su intervención fue clave, al igual que la coordinación de los diferentes cuerpos de emergencia que tomaron parte en la intervención.

Fue una vecina del casco antiguo que paseaba por Puntas de Pasai Donibane la que dio la voz de alarma. «He visto que había fuego, pasadas las 12.30 del mediodía, en la zona cercana a Mitxintxola y he llamado al ayuntamiento», aseguraba a este periódico sin haberse recuperado aún del susto. En ese momento, podían observarse ya las llamas avanzando entre los pinos.

Otros habitantes del viejo San Juan no ocultaban su nerviosismo, mientras se aproximaban al lugar del suceso a primera hora de la tarde. «Estamos muy preocupados. Nos da miedo que el fuego se extienda hacia el pueblo y tengamos que desalojar las casas más cercanas al monte. Al fin y al cabo, vivimos a los pies de la ladera», confesaban.

«Con este viento, no van a poder controlar tan fácilmente el incendio. A saber lo que ha calcinado ya... Menos mal que el helicóptero parece que está haciendo un gran trabajo», añadían otros sanjuandarras de mediana edad que seguían con atención el continuo ir y venir de la aeronave grabando las maniobras con sus móviles.

Hubo quienes no dudaron en embarcarse a bordo de algunas chipironeras para presenciar el avance del incendio desde más allá de la bocana. El fuego parecía una cicatriz abierta en la roca que iba dejando su huella a través de la ladera norte que hunde su base en el mar.

«Me han pasado unas fotos y es increíble contemplar cómo las llamas no parecen encontrar freno. Han ido subiendo y ahora han emprendido el descenso más allá de las señales lumínicas que ha instalado la Autoridad Portuaria de Pasaia para guiar los barcos al puerto», explicaba un arrantzale ya retirado.

El alcalde de Pasaia, Teo Alberro, y el concejal de Medio Ambiente, Iraitz Pazos, trataban de tranquilizar a los vecinos que encontraban a su paso. Ambos se acercaron, junto con la técnica ambiental del ayuntamiento, a las cercanías de la Alabortza, donde agradecían a los efectivos de emergencias la labor que estaban desarrollando. «Las fuertes rachas de viento están dificultando los trabajos», manifestaba el regidor.

En este sentido, cabe señalar que el Puerto de Pasaia registró durante la jornada de ayer rachas de viento que superaron con creces los 100 kilómetros por hora. La borrasca Martinho que azotó con fuerza Gipuzkoa no ayudó en absoluto en las labores de extinción del incendio del monte Jaizkibel. Los bomberos intentaron evitar desde el primer momento que las llamas se propagasen hacia la zona de Mitxintxola. La columna de humo se apreciaba desde el comienzo desde varios puntos de la bahía. Entre ellos, Albaola Itsas Kultur Faktoria.