Operación: salvar el rosetón de la iglesia

La vidriera, que decora la parte frontal de la fachada perteneciente al siglo XVIII, resultó malherida durante un fuerte temporal que meses atrás azotó la costa vasca. Entonces, una parte de los cristales de colores unidos mediante cobre se desprendió del anclaje de metal central, doblándose hacia el interior del templo y amenazando con caerse.

Colore, la empresa que se ocupará de su rehabilitación, se desplazó ayer a Pasai Donibane para tratar de llevarse el rosetón al completo. La retirada debía hacerse desde el exterior del edificio, debido al modo en que estaba instalado, por lo que emplearon una grúa para izarse varios metros de altura. Sin embargo, la inestabilidad del terreno que se extiende a las puertas de la parroquia no ofrecía, al parecer, las suficientes garantías de seguridad al equipo de trabajadores.

Horas más tarde, realizaban un segundo intento, con la ayuda de otra empresa especializada en el desarrollo de trabajos verticales, Sector Vertical, SL. Dos operarios descendieron con ayuda de cuerdas y arneses desde el campanario de la iglesia hasta la vidriera. Al otro lado, un tercer trabajador que estaba subido a un andamio habilitado dentro del coro, les asistió en los trabajos.

Todos ellos se afanaron, durante más de cuarenta minutos, para retirar las cuatro partes en las que se divide el rosetón. La operación mantuvo en vilo a los vecinos de Donibane, que siguieron con atención la escena, propia de cualquier película de acción. Varios fueron los que contuvieron la respiración tanto en el momento en que los operarios se deslizaron por la fachada como cuando retiraron la creación hecha a base de cristales de colores. Los sanjuandarras confían en volver a verla pronto en perfecto estado en su lugar.