El azar y la necesidad
El oficio de vivir ·
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Los insumisos electorales reivindican el 'Preferiría no hacerlo' a la manera del escribiente de MelvilleSi los actos de objeción al servicio militar aceleraron la completa profesionalización del Ejército hace veinticinco años, puede que el plante masivo de cara a las elecciones del domingo en Cataluña impulse una reflexión, ya necesaria, sobre la obsoleta mecánica de los comicios en España. ... Porque, cuando los catalanes apenas pueden reunirse en casas, bares y restaurantes, se les impide o limita el acceso a tiendas y centros comerciales, y con el sistema educativo en estado anabiótico, ¿tiene sentido que en una situación así se obligue a 82.000 'condenados' por el azar electoral a pasar un día metidos en aulas en contacto con cientos de personas entrando y saliendo de los colegios?
A la hora de escribir estas líneas, un 25% de los designados para constituir los puntos de votación han presentado alegaciones, cifra merecedora del calificativo de 'huelga de mesas'. En el pecado de convocarlo en plena crisis sanitaria va la penitencia del absentismo que está afectando a la organización del proceso y que, caso de culminar con una participación históricamente baja, repercutirá en la legitimidad del próximo Parlament.
Viene al caso recordar que el movimiento de objeción dio sus primeros pasos en Pamplona con la creación de la plataforma por el Des/censo Electoral en 1990. A la manera del escribiente de Melville, los insumisos electorales reivindican el 'Preferiría no hacerlo'. Los motivos aducidos para borrarse del juego van desde su descreimiento del sistema tal como está diseñado, a la libertad de no colaboración, pasando por sospechas sobre la imparcialidad de las designaciones. La ley se supone igualitaria pero, de hecho, raramente figuran en las mesas como presidentes –y no digamos ya como vocales− quienes sí se sientan en los grandes consejos de administración, ni infantas o infantes remedando el Día de la Banderita, ni viejas glorias de la política ni futbolistas de élite. Será por azar, o porque este es un país de señoritos y de jetas (lo que está ocurriendo con las vacunaciones lo dice todo), o sencillamente porque prefieren pagar la multa y santas pascuas.
Al griego Demócrito se le atribuye la idea de que todo cuanto sucede en la vida es fruto del azar y de la necesidad. En este caso, el diabólico azar del sorteo para las mesas del 14-F, y la necesidad de que la vida democrática no se detenga evitando suspensiones que sentarían peligrosos precedentes. 'Salvar la Navidad', 'salvar la Semana Santa', 'salvar la democracia'... Esto parece el Cuarto Socorro.
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