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Ya nunca te van a preguntar dónde estabas cuando derribaron las Torres Gemelas. Ahora te preguntarán qué estabas haciendo el día que Tamara dio el 'sí quiero' a su churri. Su popularidad crece. A este paso acuñarán una moneda de 3 euros con la efigie ... de la parejita. La marquesa de Griñón nunca defrauda. Ha rizado el rizo de la vacuidad más sonrojante y nosotros hemos dado el triple salto mortal de la gilipollez. La culpa es nuestra, somos unos majaderos cutres y cotillas. Me pregunto cuándo comenzó todo. Tamara, conocida entre su cuchipandi como 'Tamy' (no asciendes a mega pija sin un diminutivo ridículo) era un personaje del papel cuché que parloteaba (sin decir nada) de una manera rarita, afectada, cursi, y mojigata. Hasta que Onieva le puso los cuernos y de pronto, de una manera insólita y sorprendente, toda España la convirtió en una heroína del siglo XIX, una Madame Bovary doliente, dispersa y fútil. Ya me entiendes, 'Tamy' darling 'bobarismo' puro y duro.

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diariovasco Amor y lujo