Belleza de la resistencia
Giputxirene ·
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Giputxirene ·
Un soldado berlinés empezó a construir una escuela para el embellecimiento del mundoDe los millones de muertos y mutilados, y de las ruinas materiales y morales que dejó la I Guerra Mundial, emergió la urgencia de unos ... valores nuevos que pusieran coto a tanta irracionalidad tecnificada. Con esa aspiración, aún en las trincheras, un soldado berlinés empezó a concebir una escuela para la rehumanización y embellecimiento del mundo. La bautizó como Bauhaus que significa 'Casa de la Construcción'.
La educación creativa y el cultivo de la estética eran las bases de la escuela fundada hace ahora cien años por Walter Gropius en la ciudad de Weimar. En la Bauhaus, el arte no se cultivaba como algo sagrado, no se le dedicaba una atención ni un respeto ostentosos, ni tampoco se concebía como 'producto comercial'. Para Gropius, la belleza era un elemento básico de la vida que no puede constreñirse a patrimonio solo al alcance de los doctos en Estética, sino una necesidad primaria de todos, como la luz o el agua. Conforme a esto, se formaba al alumnado en toda la gama de expresiones de la sensibilidad, tanto en habilidades manuales como en el conocimiento del color, la forma, la textura, la composición o las propiedades de los materiales. Un modelo de pedagogía integral que luego adoptarían escuelas de todo el mundo.
Al mismo tiempo, la ambición por democratizar el arte llevó al círculo creativo de la Bauhaus a diseñar objetos cotidianos para su producción estandarizada: sillas, lámparas, vajillas, telas y los muebles modulares que cambiarían el entorno de las ciudades y de los hogares. No se trataba únicamente de un estilo, sino de una nueva forma de ser y de estar. Una mirada atenta a nuestro alrededor nos muestra hasta qué punto somos deudores en el presente de aquella elegancia funcional inspirada originalmente por Gropius y la Bauhaus.
En su estupenda biografía 'Walter Gropius. La vida del fundador de la Bauhaus' (editorial Turner), la periodista Fiona MacCarthy retrata el itinerario de este genio de vida errante, víctima de la dramática historia del siglo XX. Tras el ascenso de Hitler al poder, abandonó Alemania dejando atrás grandes proyectos y algunas inolvidables realizaciones. Quiso labrarse un nombre como arquitecto, pero acabó siendo reconocido como el gran innovador de las formas modernas, un maestro idealista que enseñó por todo el mundo cómo, más allá de nuestro estatus personal, podemos espiritualizar la vida rodeándonos de cosas sencillas y hermosas.
Sin duda, uno de los más elevados y dignos ejemplos de resistencia contra las corrientes deshumanizadoras que atraviesan nuestro tiempo.
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