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Bienestar animal

Pío García

Logroño

Viernes, 10 de febrero 2023, 07:24

Cuando adoptamos a Curtis, un podenco jovencillo, lo primero que hicimos, en cumplimiento de la Ley de Bienestar Animal que rige en La Rioja, fue rebanarle los testículos. El veterinario nos ofreció la piadosa alternativa de la vasectomía, pero eso nos parecía demasiado humano, como ... de padre que va por el quinto hijo, así que decidimos optar por el malthusianismo más descarnado. La emasculación de Curtis me sumió en profundas reflexiones filosóficas. Imagino que, de poder hablar, él hubiera sostenido que esto de cortarle los dídimos no encajaba del todo con su idea de bienestar, probablemente más relacionada con la fornicación compulsiva que con el voto de castidad. Caí además en la cuenta de que ni siquiera le habíamos preguntado si se sentía perro, perra o perre, con lo que llegué a la conclusión de que solo el ser humano, y en concreto el ser humano español, se había liberado de las cadenas de la biología, esa ciencia fascista que sigue oprimiendo al resto de especies animales.

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