Dinero negrero
EL OFICIO DE VIVIR ·
El esclavismo no repugnaba a los ilustrados de la Bascongada, ni a los burgueses ni a muchos religiososSecciones
Servicios
Destacamos
EL OFICIO DE VIVIR ·
El esclavismo no repugnaba a los ilustrados de la Bascongada, ni a los burgueses ni a muchos religiososEntre los siglos XVI y XIX, el comercio de seres humanos fue un lucrativo negocio con ramificaciones en la actividad mercantil y financiera, en la agricultura, la industria y hasta en la Iglesia. Un tráfico en el que participaron no pocos vascos a título individual ... o enrolados en empresas, administraciones y sociedades: comerciantes, terratenientes, funcionarios, marinos, religiosos, inversores, encomenderos...
A poco de poner pie en América encontramos ya a tratantes como Pedro de Arbolancha, los hermanos Ortiz de Urrutia o Pedro de Morga, banquero vizcaíno con base de operaciones en Sevilla. Pero será a partir del XVIII cuando los vascos sobresalgan como importadores de la llamada 'mercancía de ébano' desde las costas africanas. Entre muchos otros, el lekeitiarra Agustín Goytisolo Lezarzaburu, bisabuelo de los escritores, el alavés Zulueta y Amondo, dueño de un emporio multinacional de compraventa de almas, o José Matía Calvo de cuyo filantrópico legado germinó la fundación que lleva su apellido.
El esclavismo, protegido por leyes y aceptado por la ideología de la época, no repugnaba a los ilustrados de la Bascongada de Amigos del País, a los burgueses accionistas de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, ni a muchos sacerdotes y comunidades religiosas, tanto más cuanto que la Iglesia no solo tardaría en condenar la esclavitud sino que el propio Papa la justificó.
Viniendo al presente cabe preguntarse si, al contagio de la fiebre iconoclasta que sacude Occidente, tendría sentido que la tomásemos contra cuanto pueda recordar aquí aquel infame comercio. O sea, fuera calle Arbolancha de Bilbao, rebautizar la fundación Matía de Donostia, al garete con los signos conmemorativos de la Bascongada o de la Compañía Guipuzcoana, depuración de epónimos honrando a notables de dudosa fortuna, y, llevado al extremo, plantearse el derribo de la fachada rococó de Santa María de la Parte Vieja ya que su construcción fue en parte financiada con dinero negrero.
No parece la mejor idea. La destrucción de símbolos supone casi siempre una negación de la complejidad histórica. Comprensión no equivale a justificación sino a penetrar en las condiciones que dieron cobertura a la esclavitud y a otras aberraciones que hoy condenamos. Será el conocimiento de aquella realidad y la valoración que de ella hagamos, cuidándonos de necios anacronismos, lo que nos ayude a construir un presente y un futuro de mayor dignidad para la causa humana; un relato ético sobre nosotros mismos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La artista argentina Emilia, cabeza de cartel del Música en Grande
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.