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Editorial

Incógnita despejada

Esteban se perfila como nuevo presidente del EBB tras la inesperada retirada de Ortuzar de la carrera para no dividir al PNV

Viernes, 7 de febrero 2025, 01:00

La sorprendente decisión de Andoni Ortuzar de retirarse de la segunda vuelta del proceso de elección del EBB ha dado una sacudida al tablero político vasco y ha convulsionado al PNV, cuya militancia asistía desconcertada a esta inédita pugna interna. Las raíces precisas de esta ... confrontación personal, cuando no hay diferencias estratégicas ni siquiera generacionales entre ambos contendientes, forman parte de una intrahistoria que el tiempo terminará por clarificar y que conforman parte de los desencuentros que se producen hasta en las mejores relaciones políticas y personales más curtidas. El PNV, en ese sentido, es tan terrenal como las demás formaciones políticas. Ortuzar se va porque intenta evitar la división interna, lo que le honra. Pero, ciertamente, su proclamada renovación de la que alardeaba era un mensaje incompleto cuando él mismo se convierte en la excepción. El PNV tiene mal recuerdo del pulso para el EBB entre Josu Jon Imaz y Joseba Egibar y exhibe un recelo histórico a este tipo de discrepancias que tiene que ver con los anticuerpos que dejó la escisión de EA en los años 80. El empuje de Esteban, cuyo alcance ha sorprendido a todos, amenazaba la mayoría lograda por Ortuzar en primera vuelta y le dejaba 'tocado' ante un nuevo mandato cuyo principal objetivo pasaba, precisamente, por consolidar los cambios emprendidos en los últimos meses, primero con nuevo lehendakari –Imanol Pradales– pero también al frente de las ejecutivas territoriales. El desafío del PNV no solo pasa por incentivar la participación interna de su afiliación –muy baja en la primera vuelta– sino por romper la burbuja de la endogamia que constriñe la vida democrática de los partidos políticos y conectar mejor con la sociedad civil. La renovación jeltzale pasa por fortalecer esa empatía entre el proyecto orgánico e ideológico con una nueva sociedad más abierta en que la llegada de las redes sociales también ha alterado los mecanismos tradicionales de intermediación. El PNV no es inmune a los problemas de la democracia liberal. Que su militancia hable con libertad es un ejercicio de transparencia y pluralidad. Un partido vivo está también sometido a esas tormentas que debe reconducir con inteligencia y con apertura para no aumentar la desconfianza hacia la política. La asamblea general que los jeltzales llevarán a cabo del 30 de marzo en San Sebastián es su gran oportunidad para que esta apuesta renovadora en el nacionalismo resulte viable y no se quede a medio camino.

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