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Esparce tus huesos por el mundo

El oficio de vivir ·

El viaje por Gipuzkoa de la reliquia de San Ignacio motivó una movilización popular nunca vista en tiempo de paz

Domingo, 23 de mayo 2021, 08:10

Fue probablemente la mayor movilización humana en tiempos de paz en Gipuzkoa. Corría mayo de 1921 cuando, con motivo del cuarto centenario de la conversión de Íñigo de Loyola, del Vaticano llegó una reliquia del santo, concretamente un fragmento de su cráneo, pequeño pero «inconfundiblemente ... vasco» al decir de los sasiletrados. En todos los pueblos desde Irun hasta la casa natal de Azpeitia, el paso de la comitiva presidida por la custodia conteniendo el sagrado óseo fue saludado con banderas, flores y arcos de guirnaldas, tañido de campanas, silbos de locomotoras y barcos pesqueros, ulular de sirenas en las fábricas. Se aprecia la magnificencia del despliegue en las fotografías de la época: autoridades civiles y militares con sus mejores galas, congregaciones religiosas en pleno, formación de miqueletes, bandas de música y un gentío buscando la mayor cercanía con ese pedazo de eternidad. Todo lo cual venía a corroborar el dictamen de los teólogos del barroco: «Con cosas visibles el pueblo más fácilmente se atrae y encamina a las invisibles».

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