Hay, por supuesto, muchas personas octogenarias que disfrutan de una salud espléndida, pero los años pesan. Durante la juventud bajar o subir escaleras o permanecer de pie largo rato no supone ningún problema pero, a ciertas edades, esas tareas se realizan con inseguridad. En el ... tiempo de los ascensores a cota cero y de la eliminación de barreras arquitectónicas, me llama la atención que, por ejemplo, en las grandes superficies comerciales no haya un solo banco en el que descansar o que los protocolos de tantas ceremonias exijan estar de pie. El martes pasado, el escritor Luis Mateo Díez, de 81 años, recibió el Premio Cervantes. Tuvo que salvar unos escalones para alcanzar el atril del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, desde donde, de pie, pronunció su discurso, que fue estupendo. Yo lo miraba por televisión y me preguntaba si estaría cómodo. Es verdad que no hay que vivir arrodillados, pero tampoco creo que sea estrictamente necesario estar siempre de pie.
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