Evitar el divorcio

En medios jeltzales se interpreta que la decisión de Ortuzar de hacerse a un lado evita meter al PNV en un pulso muy delicado, sobre todo cuando la militancia está absolutamente desconcertada por el escenario que se ha planteado. Todavía se recuerda el proceso traumático que enfrentó a Josu Jon Imaz y Joseba Egibar para sustituir a Xabier Arzalluz. pero en su momento sí se libraba una pugna de carácter estratégico por la reorientación de la línea política del PNV.

Ortuzar ha logrado en los doce años de su mandato al frente del EBB una notable cohesión en la medida en la se has sustentado en el equilibrio interno de fuerzas, es decir, no ha trastocado la hegemonía política de la corriente más afín a Joseba Egibar en el territorio de Gipuzkoa. Sin embargo, su mayor talón de Aquiles al final se ha descubierto en Bizkaia.

Se da por supuesto que la retirada de Ortuzar despeja la incógnita sobre el previsible futuro liderazgo de Esteban pero también obligará al PNV a elegir a un nuevo portavoz del grupo jeltzale en el Congreso. Los jeltzales necesitarán un nuevo 'tractor', que sea su interlocución y su referencia en Madrid.