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Donde nace el viento

Orden

Son tiempos singulares y transitorios, para poner en orden las cosas confusas y complicadas del corazón, que son, en definitiva, las que importan

Sábado, 30 de noviembre 2024, 01:00

Casi todos los sentidos están afectados estos días con el anuncio de la Navidad cercana y venidera. Si uno camina por la calle y va ... mirando hacia arriba, en lugar de mirar adonde debe, verá que la ciudad está engalanada de luces pequeñas y recurrentes, algunas en forma clara de estrella. Si afina el oído, cosa difícil, pero no imposible, para los que han entrado o están a punto de hacerlo en la edad provecta, dilecta y diligente, oirá tímidamente canciones que le retrotraerán a su infancia, cuando el invierno solía ser más crudo y se cantaba, para espantar los males, al niño dios, a los pastores, a los magos y al belén. Si abrimos las ventanas del olfato, como se abren las de casa, para que todas las estancias se ventilen, notaremos cómo viene el olor a castañas asadas, desde algún punto del centro, señal inequívoca de que el otoño llega a su fin, y lo que viene es una incógnita o un desvelo. Asimismo, se van anticipando los olores futuros, avivando el gusto por las comidas recias en la buena mesa. Y las tiendas, almacenes y expositores ya están llenas de productos suaves al tacto, regalos para los seres que se aprecia, se quiere y se añora.

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