Fluorescentes contra Júpiter

Giputxirene ·
De los Sagitario se dice que se fijan metas amplias, ya sea por amor o por ambición

Sábado, 15 de diciembre 2018, 23:45

Hace dos años, el joven Emmanuel Macron se postuló candidato a la presidencia de la República francesa anunciando que, de ser elegido, encarnaría un modelo ... de «jefe de Estado jupiteriano». Como es sabido, Júpiter no es un dios como otro cualquiera sino el rey de los dioses en la mitología romana, el que gobierna Tierra y cielo. Con su carácter imperioso, dominador, protege la ciudad y sus habitantes. En esa fe los mortales le invocaban: «¡por Júpiter!».

Después del quinquenio hiperventilado de Nicolas Sarkozy, a quien sucedió el autodesignado 'presidente normal', François Hollande, Macron quiere devolver a la función presidencial la 'grandeur' de los mejores años de De Gaulle y de Mitterrand. Como primeras manifestaciones de esa potencia simbólica, la noche de su elección se presentó caminando en solitario al pie de la pirámide cristalina del Louvre, días después desfiló por los Campos Elíseos a bordo de un vehículo militar descubierto (hecho sin precedentes en la V República) y abrió las puertas del palacio de Versalles para dejar ojiplático al exespía que vino del frío, Vladimir Putin.

De tal manera que el brillante egresado de la ENA (escuela preparatoria de la élite de la función pública) y formado en el capitalismo financiero por la banca Rothschild, se coronó empuñando el rayo jupiteriano que iluminaría el porvenir de la República, pero con el que también impondría la ley y su paquete de reformas para la 'modernización económica' de Francia.

Mi amigo Josu, persona de cultura artística y humanística y con vastos conocimientos astrales, me hace notar que Macron, quien el próximo viernes cumplirá 41 años, pertenece al signo Sagitario, que es precisamente el que se halla regido por el planeta Júpiter. ¿Simple casualidad? Lo simboliza un centauro, mitad hombre, mitad equino, que tensa un arco con la flecha lista para su disparo. Esta fisonomía revela una sabiduría práctica y efectiva. De los Sagitario se dice que poseen 'espíritu jupiteriano': se fijan metas lejanas, amplias, complejas e incluso idealistas, sea por amor, ambición o cualquier otro objetivo, y al igual que el centauro con su saeta, pueden hacer diana con una mayor precisión que los tiradores 'normales'.

Pero en la práctica lo cierto es que el envanecido Macron, tras menos de veinte meses de mandato, tiene en la calle a los indignados fluorescentes cuyas protestas se escuchan desde el interior de su residencia, el palacio del Elíseo: palabra esta que, conforme a cierta etimología, significa 'lugar castigado por el rayo'. ¿Será que el presidente jupiteriano se ha disparado al pie?