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Thomas Edison consideraba que dormir es como una droga, roba tiempo y oportunidades, y para colmo nos atonta. El inventor de la bombilla eléctrica aventuraba ... que un día el ser humano conseguiría prescindir de esa necesidad física 'absurda', metonimia de la pereza y de la ineficacia. Así lo quisiera el ejército de los Estados Unidos que lleva años volcado en el diseño de soldados a los que nunca venza el sueño por medio del análisis de especies que, como determinadas aves migratorias, pueden permanecer despiertas durante días sin merma en sus capacidades sensoriales y motoras.
Precursores de un futuro trabajador y consumidor hiperconectado e insomne a tiempo completo son los tecno-estajanovistas: ejecutivos y gestores que presumen de dormir solo cuatro o cinco horas y hacerlo además de un modo parcial, siempre enchufados, a semejanza de los dispositivos que se dejan en 'stand-by'. Conforme a esa nueva mística del rendimiento 24/7, los 'españoles que madrugan' que tanto gustan a los neoliberales castizos alcanzarán su máxima excelencia y patriotismo el día en que ni siquiera se acuesten.
Con este panorama, no ha de extrañarnos que al exministro García-Margallo le haya caído una buena tunda por echar una cabezadita en el Parlamento Europeo. Tales críticas no se hubieran producido en Japón. Mientras entre nosotros dormirse sobre la mesa de la oficina está muy mal visto, en el país del sol naciente es signo de laboriosidad pues se entiende que quien gasta energía necesita recogerse un rato para retomar la batalla diaria. De modo que el nipón amodorrado no se bebe un café sino que se echa una 'kuluxka' en el mismo puesto de trabajo, acto que en lengua local llaman 'inemuri'. Se calcula que en los últimos cincuenta años los occidentales hemos perdido una media de 90 minutos de reposo diario, y cada vez son más las personas que duermen menos horas de las recomendadas. Al mismo tiempo, el consumo de somníferos y otros productos para conciliar el sueño ha experimentado un crecimiento espectacular. Algo serio no funciona cuando la insuficiencia de descanso nocturno va camino de entrar en la lista de pandemias de las sociedades modernas.
Con la invención de la luz artificial Thomas Edison puso la primera piedra hacia un insomnio ecuménico, algo de lo que él se sentía muy orgulloso. Pero, paradójicamente, en el álbum de fotos de su vida no faltan las instantáneas donde se ve al sabio norteamericano 'haciéndose un Margallo'. ¿Será que le pillaron soñando con un radiante futuro en el que nadie necesitará dormir?
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