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Los titulares de dos estudios recientes parecen contradictorios. En conjunto sugieren que el cerebro de la mujer envejece más lentamente que el del hombre pero que sufre los embates del alzheimer con mayor frecuencia. ¿Es posible? Ambos están publicados en revistas de alto impacto, lo ... que garantiza su calidad (casi siempre ocurre así, aunque a veces nos sacuda algún fraude). El primero analiza el cerebro de 205 adultos de entre 20 y 82 años con funciones cognitivas preservadas. El resultado revela que el cerebro femenino es hasta 3,8 años más joven que el masculino de la misma edad cronológica. Los investigadores han medido la actividad metabólica cerebral con una técnica denominada tomografía por emisión de positrones (PET) y han encontrado que el encéfalo femenino consume más oxígeno y glucosa, los combustibles necesarios para que el cerebro funcione a todo tren. Con el paso de los años, la llegada de estas sustancias disminuye y el funcionamiento cerebral se resiente y enlentece. El responsable del trabajo achaca la diferencia a una cuestión hormonal y afirma que explicaría por qué las mujeres permanecen mentalmente agudas durante más tiempo. Además, ellas tendrían una menor vulnerabilidad para sufrir enfermedades neurodegenerativas por estar más protegidas a los cambios relacionados con el envejecimiento.
Y, sin embargo, el segundo estudio indica que el cerebro femenino es más proclive a sufrir los cambios típicos del alzheimer, corroborando un hecho constatado en las observaciones epidemiológicas. De cada 100 personas con alzheimer, 60 son mujeres. Hace años se responsabilizó a la menor escolarización femenina con la consiguiente menor reserva cognitiva. Posteriormente, se atribuyó a las alteraciones hormonales de la menopausia. El nuevo estudio ha examinado el cerebro de 300 personas sin problemas de memoria y con una edad media de 74 años. Se ha utilizado también el PET, en esta ocasión para determinar el depósito de las dos proteínas implicadas en la degeneración neuronal típica del alzheimer: el amiloide y la tau. Han encontrado que la mujer tiene más tendencia a formar depósitos de ambas proteínas, lo que explicaría por qué el alzheimer les afecta con mayor frecuencia.
¿Pueden conciliarse ambas conclusiones? Sí. En primer lugar, las diferencias entre el cerebro masculino y femenino son bien conocidas, aunque la interpretación de las mismas sea causa de polémica, más por razones políticas que biológicas. La frase 'iguales, pero diferentes' resume muy bien la evidencia. En segundo término, el envejecimiento cerebral y el alzheimer son procesos diferentes, aunque comparten ciertos elementos. De hecho, el envejecimiento es el principal factor de riesgo para padecer alzheimer. No obstante, la marca del envejecimiento es la pérdida de volumen o atrofia, pero no se pierden muchas neuronas sino muchas sinapsis o conexiones entre neuronas. Por el contrario, la marca del alzheimer es la muerte neuronal por el depósito de esas dos malditas proteínas. Envejecer es una suerte; sufrir alzheimer es un duro golpe para la persona, la familia y la sociedad. En este caso, son más diferentes que iguales.
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