Una educación con vistas
Iñaki Adúriz
Miércoles, 5 de febrero 2025, 01:00
Secciones
Servicios
Destacamos
Iñaki Adúriz
Miércoles, 5 de febrero 2025, 01:00
Véase la educación como un edificio abierto que siempre dispondrá de buenas panorámicas, con las que se pueda ver una realidad más completa y educarse y formarse mejor. Es cierto que hoy en día no faltan problemas en su seno. Por incidir en los de ... estos días, de ámbito legal, como la nulidad, por «un defecto de forma», del decreto de ordenación y planificación de los centros vascos, y de la esfera laboral, como la huelga de 12 días en la enseñanza pública. Pero, también toca seguir adelante, en busca de sus distintas salidas. De las soluciones que se vayan dando se aprenderá a su vez para la mejora futura. Un no hace mucho aprobado Proyecto de Ley de Educación del País Vasco (PLEPV, 25-04-23), por los partidos que sustentaban el Gobierno Vasco, en la anterior legislatura, habría de ser la mejor garantía para la concreción presente y futura de buena parte de su articulado.
Justo, en este trasvase a un nuevo año, la caída de la natalidad en Euskadi y su lógica repercusión negativa en el ámbito educativo (6000 niños menos, entre Infantil y Primaria, de 2023 a 2024) se presenta igualmente como uno de los temas candentes a solucionar, más pronto que tarde. Tal bajada viene de lejos y puede que sea hoy en día, cuando unos u otros factores dispersos que la venían anunciando, se han ido juntando, hasta conformar una especie de «tormenta perfecta». Así, nuevas formas de vida, como el aumento de personas que viven solas, incluidas los jóvenes, se unen a otros lógicos recelos de los ciudadanos a la hora de tener hijos, con el coste de la vivienda y la cesta de la compra disparados, o con un incremento reseñable de precariedad laboral. Por no hablar del obligado mantenimiento de la carrera profesional de los padres en la competitiva sociedad actual, o de las dificultades de conciliación, si se las analiza desde el prisma de las mujeres.
Consecuente resulta que, de este descenso anunciado del número de alumbramientos, se deriven diversas cuestiones no menores, que afectan en uno u otro aspecto a la educación. Lo que sigue señala algún apartado que se suscita de esta problemática. Uno sería la bajada de ratios de alumnos por aula (la ratio, en Infantil y Primaria, es ahora de 11 alumnos en la red pública y de 13 en la concertada y en algunos centros menos), o el de las aulas que se fusionan. Enseguida se puede deducir que con estos descensos sí se alcanza una educación personalizada y de calidad. Aunque, no habría que perder de vista el contrapeso necesario para los ratios con poco alumnado, hecho en base a una dinámica más activa, participativa y comunicativa en clase, y con frecuentes interacciones, a través de aulas del mismo o distinto nivel. Otro tema que se sucede sería el de la fusión de centros, y que configura, a la vez, el mapa escolar. Respecto al mismo, señalar un deseo: que sí resultaría destacable que se puedan concebir tales fusiones en términos de equidad y rendimiento, de cara a garantizar lo que el PLEPV promete, o sea, una escolarización inclusiva. En tercer lugar, este nuevo período de 'invierno demográfico' académico, que se intensifica ahora, habrá de ser propicio para que esa losa de la segregación escolar, que pesa sobre la educación vasca, se vaya retirando cuanto antes. ¿Ayudará a ello el menor número de estudiantes, las fusiones que se realicen? Puede que sí. Incluso, un aumento creciente de la población inmigrante –de 2015 a 2022, en Infantil se ha dado una subida porcentual del 700%–, que palía en parte la abultada caída de la natalidad, habría de contribuir a un mejor y paulatino reparto entre redes y centros (en Primaria, en 2022, había 14.516 alumnos extranjeros, en la red pública, y 5.380, en la concertada). El caso es que, volviendo a la ley en vigor, el PLEPV, si hay un 'desideratum' en ella, parece que ese es el de trabajar para rebajar y hacer desaparecer la segregación escolar. Tanto, desde la formulación de garantías para una escolarización inclusiva, el proceso y criterios de acceso a las plazas de los centros educativos financiados con fondos públicos, o la convivencia, coeducación o interculturalidad que se subrayan como desde el impulso a un proceso de diálogo activo con la comunidad educativa para lograr un Pacto contra la segregación escolar.
Por último, tampoco habría que perder de vista la cuestión del profesorado, pilar básico y merecedor por ello de un reconocimiento y valoración social, alejados a menudo de lo que sucede en otros países de nuestro entorno. La caída de la natalidad y el provecho para el proceso de enseñanza que se obtenga de todos los docentes se los ha de contemplar, con los retos inclusivos, competenciales y tecnológicos, inherentes a los tiempos que corren. En fin, compleja tesitura actual, como se ve, del edificio educativo, necesitado de amplias visiones y altura de miras.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.