Los actos prepotentes del presidente norteamericano me evocan a cuando era estudiante de EGB. Recuerdo que la figura del matón estaba consolidada. Como era fuerte y con afán de descalabrar a cualquiera, imponía el terror en la clase exceptuando a sus perritos falderos, que sometían ... con la fuerza del chantaje. Recuerdo que el abusón no pudo venir un tiempo por un accidente y cómo nos unimos para aplacar a sus adlátares. Cuando el bravucón regresó con su pierna escayolada no hubo hasta que se la quitaron ninguna firma en ella.

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