JOSEMARI ALEMÁN AMUNDARAIN

Trump, fantasías y delirios contra la realidad

¿Qué pasa si EE UU envía a sus militares a hacer el trabajo sucio de Israel? Pero Israel no tiene fuerzas suficientes para meterse en una guerra interminable con Egipto

Juanjo Sánchez Arreseigor

Historiador, especialista en el mundo árabe e islámico contemporáneo

Viernes, 7 de febrero 2025, 01:00

No es un bravucón y resulta evidente que está clínicamente desequilibrado. Durante su larga carrera como empresario deshonesto, nunca respetó las leyes de su propio país, de manera que es ingenuo recordarle el Derecho Internacional. Pero no se atreverá a invadir Gaza y deportar por ... la fuerza a todos sus habitantes. Ahora bien, ¿qué sucede si me equivoco? ¿Qué pasa si esta todavía más chiflado de lo que parece?

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Los gazatíes no van a largarse por las buenas. Por lo tanto, alguien tiene que ir allí y echarlos. Eso significa enviar a las fuerzas armadas estadounidenses a ocupar el territorio, dominar a sangre y fuego la previsible resistencia y arrear a la gente como ganado para que suban a los transportes de deportación contra su voluntad. Para ello, Trump tendría que reunirse con sus generales y almirantes para darles las órdenes y planificar la operación, y lo más previsible es que todos esos altos mandos, por disciplinados que sean, le dijesen a coro que la totalidad del asunto es un disparate, que podrían pasarse años luchando en ese avispero, y que no ven razón para hacer el trabajo sucio de los israelíes.

Supongamos vencido este primer obstáculo –probablemente después de unas cuantas destituciones fulminantes y el ascenso de oficiales mucho más dóciles– y que las tropas desembarcan. Comienza la lucha y no solo pelean los terroristas psicóticos de Hamás sino gran parte de la población, porque no les queda otro remedio. Los norteamericanos comienzan a sufrir bajas mientras combaten gratis las guerras de otros. Entretanto, los gazaties sin armas o redaños para pelear gritan de desesperación cuando los sacan a empellones de sus casas y lloran diciendo que no quieren abandonar sus hogares ni las tierras de sus antepasados. Aunque no haya periodistas, los militares son seres de carne y hueso. En la guerra moderna, deben ser capaces de tomar sus propias decisiones en función del plan y los objetivos. ¿Oficiales y soldados de una potencia democrática estarían dispuestos a comportarse como las Waffen SS hitlerianas, maltratando a mujeres, niños y ancianos? ¿La opinión pública y las élites dirigentes de EE UU van a estar de acuerdo con este delirio?

Todos estos obstáculos se pueden sortear si los israelíes se encargasen de su propio trabajo sucio, y EE UU se limitase a transportar a los deportados a... ¿a dónde? Egipto y Jordania ya dijeron que ni hablar, y a estos dos Trump no les va a doblar la rodilla con amenazas groseras o represalias comerciales. Por durísimas que fuesen, resultarían mucho menos dañinas que doblegarse y 'tragar'. Los saudíes también se han negado. En Líbano no caben. Irak preferiría echarse en brazos de los odiados ayatolás iraníes antes de dejarse meter ese gol. No veo al sultán Mohamed VI de Marruecos suicidándose al aceptar colaborar, ni al dictador de Túnez. Con Argelia tampoco se puede contar. Otra posibilidad sería repartirlos por los emiratos del Golfo Pérsico, que emplean a millones de inmigrantes. Bastaría con expulsar a un par de millones de filipinos, nepalíes o hindúes para dejarles sitio. Pero ningún emir querría admitir a cientos de miles de palestinos levantiscos.

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Trump podría deportar a los gazaties a un Estado que no pudiera rechazarlos por carecer de gobierno efectivo: Siria, Libia, Somalia, Yemen... De estos, Siria está demasiado cerca. En Yemen están los huties. Somalia no es un país árabe. Libia podría ser una alternativa, si los egipcios aceptasen colaborar para mantenerlos vigilados.

Sin embargo la opción más directa es reventar por la fuerza la frontera con Egipto; expulsar a cañonazos a las tropas egipcias, para luego ir volcando a toda la población gazatí en la península de Sinaí, dejando a los egipcios con el hecho consumado ¡y que se las apañen! Eso sería muy típico de Trump, salvo la parte en la que hay que guerrear contra Egipto, porque el presidente republicano, pese a sus tremebundas amenazas, suele acobardarse cuando huele la pólvora.

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Por otra parte, ¿por qué detenerse ahí? Romper la frontera significa la guerra contra Egipto. ¿Por qué no aprovechar el impulso y llegar hasta el canal de Suez como en 1956 y 1967? Anexionarse el Sinaí forma parte del programa expansionista de los sionistas radicales, que sostienen el Gobierno de Netanyahu. Pero todo esto sería obra ya de los israelíes, con dinero y armas norteamericanas, pero sin mancharse EE UU las manos directamente. Luego Trump recibiría su parte del botín en primera línea de playa, y habría que discutir quién se queda con el canal de Suez.

Pero Israel no tiene fuerzas suficientes para meterse en una guerra interminable con Egipto, y Trump no enviará a los marines a invadir Gaza. No se atreverá.

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