Una manzana a medias
El oficio de vivir ·
Franco entró en la guerra sin más ingresos que su salario militar, pero salió de ella multimillonarioSecciones
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El oficio de vivir ·
Franco entró en la guerra sin más ingresos que su salario militar, pero salió de ella multimillonarioEn la Italia de posguerra, Indro Montanelli fue invitado a almorzar con el entonces presidente de la República, el liberal y europeísta Luigi Einaudi (padre del editor y abuelo del compositor del mismo apellido). En su diario personal el periodista registra que, en el postre, ... el anfitrión propuso: «Yo tomaría manzana, pero con media me basta. ¿Quisiera usted compartirla conmigo para no desaprovechar la otra mitad?». Al invitado le impactó tal gesto de frugalidad en todo un presidente de la República, economista y durante años director del Banco de Italia. Por supuesto, Montanelli aceptó gustoso la 'manzana de la concordia'.
A esas mismas horas, en la miserabilizada España, un generalísimo 'por la gracia de Dios' gobernaba con mano dura y saqueaba al pueblo derrotado cual soldado de fortuna. Las dimensiones del expolio apenas empiezan a desvelarse. El caudillo, que entró en la guerra sin más ingresos que su salario militar, salió de ella multimillonario gracias a tres fuentes principalmente: las 'mordidas' sobre ciertos bienes de primera necesidad, el apalancamiento de suscripciones de guerra y, con seguridad, mediante detracción directa desde los presupuestos del Estado. Súmense los incontables regalos que le llovían desde toda España sufragados obligatoriamente por el apabullado pueblo, más cuanto sus familiares sin andarse con muchas chiquitas arramplaron. Va un ejemplo.
Hermano mayor y procurador en Cortes, Nicolás Franco pidió un préstamo de casi cinco millones de pesetas de la época, años sesenta, al banco Siero propiedad de Ramón Rato (padre del futuro político y director del FMI). Los plazos fueron venciendo al compás que las letras retornaban devueltas. Rato, hombre de inquebrantable fidelidad al régimen, escribió al prestatario en términos muy modosos rogándole que, en la medida de sus posibilidades, procurase ir satisfaciendo la deuda. La respuesta de Nicolás Franco pertenece a la historia de la infamia: «Con todo lo que ha hecho mi familia por España, ¿cómo se atreve a venirme con reclamaciones? No voy a pagar ni ahora ni nunca».
Gobernados por esta hez durante cuarenta años, hemos de rendirnos a la evidencia de que la no ruptura con ciertos usos y abusos de la dictadura ha tenido serias consecuencias. «Después de todo lo que ha hecho por España...»: es un argumento que hoy se vuelve a esgrimir por quienes justifican las más soberanas indecencias. Y el españolito, resignado, lamenta no haber tenido jefes de Estado y gobernantes 'de media manzana'.
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