Hace ya 15 años, tras diversos intentos previos y dos sentencias del TSJPV y TS, se aprobó una nueva propuesta para la regeneración del ámbito C.E.05 San Bartolomé, comprendido entre Amara Viejo y Aldapeta, creándose la Sociedad San Bartolomé Muinoa para la gestión ... y desarrollo de todas las actuaciones previstas. Entre otras actuaciones, era necesario el derribo y realojo de 174 viviendas y locales, el traslado de los cuarteles de la Policía en Aldapeta, la construcción del nuevo Colegio y traslado de la Compañía de Maria; y la viabilidad de la operación se sustentaba en una previsión de ventas de las viviendas libres por encima de 9.000 €/m2. Así arrancó la operación del Cerro de San Bartolomé, impulsada por el entonces alcalde, el socialista Odón Elorza, cuya administración hizo una previsión de precio del metro cuadrado con los estándares del mercado libre de aquella época.

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En este periodo, han sido muchos los avatares para poder llevar a cabo una operación de esta complejidad, pero de todas ellas quizás la más importante ha sido la gran crisis que sufrió todo el mercado inmobiliario en el periodo comprendido entre 2008-2012 y que afectó a la operación de San Bartolomé sin ninguna posibilidad de retorno: con los derribos iniciados, con familias fuera de sus casas, con un préstamo de 100 millones de euros y con un paralización de las ventas, a unos precios muy alejados de las previsiones iniciales (poco más de 5.000 €/m²), lo que ponía en riesgo de colapso la viabilidad económica de toda la operación.

En este contexto, y en un ejercicio de responsabilidad, se planteó por parte de todos los socios (privados y públicos) la necesidad de llevar a cabo modificaciones en el proyecto, tendentes a lograr unas mejoras en la tipología de viviendas y la incorporación de nuevos usos terciarios, a fin de lograr un equilibrio económico que posibilitase culminar la operación. Así, se planteó una Modificación de Plan General con una reordenación de los edificios destinados a viviendas y la incorporación de dos nuevas parcelas, una hotelera y otra comercial.

Tras varias propuestas de ordenación, la que concitó mayores adhesiones planteaba la sustitución del uso residencial por el hotelero en el edificio del Colegio Compañía de María, el traslado de estas viviendas al extremo Sur del Muro, donde se situaba la casa de baños, que a su vez se trasladaba a una nueva ubicación en Plaza de Arroka. En la zona Norte, la implantación de un espacio comercial semi-enterrado en la parcela de Aldapeta. Esta nueva propuesta se diseñó bajo el mandato de Juan Carlos Izagirre (EH Bildu), y se aprobó en 2015, por unanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento.

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Hoy San Bartolomé es una realidad: se han desarrollado todas las propuestas conforme al planeamiento aprobado, quedando por ejecutar únicamente el espacio comercial previsto en la parcela de Aldapeta. Una zona comercial respetuosa con las determinaciones de protección del patrimonio, que mejora la integración visual de la fachada del Convento, con un parking que prevé el mínimo de plazas de garaje necesarias, y una previsión importante de plazas para los residentes; y que tiene como objetivo la dinamización de una zona central de la ciudad, mediante la creación de un espacio más ordenado en la confluencia de las calles Easo y San Bartolomé con Aldapeta, y que sirva para revitalizar el comercio de la zona.

Recientemente se ha aprobado el Plan Especial que desarrolla esta parcela, que ha sido objeto de recurso por parte de una asociación de comerciantes, y ha sido también criticada en diversos medios de comunicación por personas públicas que han intervenido en diversas fases del desarrollo del proyecto. Si la redacción y tramitación de este Plan Especial no se ha llevado a cabo de forma adecuada, se corregirá, pero el debate sobre la oportunidad del espacio comercial se produjo con ocasión de la aprobación de la Modificación de Plan General en 2015, que se hizo por unanimidad de los partidos del Ayuntamiento.

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La complejidad de la operación de San Bartolomé y su sostenibilidad económica hicieron que todas las fuerzas políticas , en un ejercicio de responsabilidad, tomaran en su momento decisiones que ahora toca ejecutar. Asumiendo la diversidad de puntos de vista, no es lógico ni serio plantear ahora no culminar la operación tal y como fue acordada, introduciendo un elemento de inseguridad y un riesgo de ruptura del equilibrio financiero. Una vez solicitada la oportuna licencia, esperamos que pronto puedan iniciarse las obras, que van a ser complejas y molestas, pero que con los medios técnicos y personales con los que se cuenta actualmente se llevarán a cabo minimizando las afeccio nes en el entorno. Estamos convencidos de que el resultado final será bueno para la ciudad.

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