Borrar
Lo que nunca se debió amparar

Lo que nunca se debió amparar

JORGE GIMÉNEZ BECH

Domingo, 31 de octubre 2021, 08:08

Os escribo conmovido, sosegado ya el remolino político provocado por vuestra declaración del 18 de octubre, y alejado de él. Conmovido y agradecido.

Cuando el ... 9 de octubre de 1982 ETA asesinó a mi padre, yo no creía que pudiera ver su final. Militaba en un partido, EIA, al que la izquierda abertzale autoproclamada «oficial» negaba la adscripción a tal corriente política, y la noticia me llegó mientras trabajaba en una campaña electoral de Euskadiko Ezkerra: mi padre yacía muerto en una acera de Behobia. Arrasado de rabia y dolor, me llevaron al lado de mi madre. Rabia y dolor, también en los ojos de mi madre. Y en sus labios, una pregunta cuyos ecos retumban desde entonces en mi interior: ¿A quién apoyáis?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Lo que nunca se debió amparar