Plan del alzhéimer

Esta pandemia ha evidenciado las debilidades en cuanto a una atención sociosanitaria a las personas afectadas por algún tipo de demencia, siendo uno de los colectivos más vulnerables por la situación vivida y que seguirá siendo en los próximos meses. Reivindicamos, una vez más, la necesaria concienciación para garantizar un adecuado abordaje integral del alzhéimer y otras demencias, con la colaboración de instituciones, asociaciones del tercer sector, otros agentes del entorno de las demencias; y con la complicidad activa de la sociedad en general, desde un sentido profundamente humanista, obligados a un trabajo conjunto para encarar el alzhéimer desde una filosofía de respeto a los derechos, a la autonomía y a la dignidad de las personas afectadas y su entorno.

Hoy más que nunca, volvemos a sentir la urgente necesidad de una progresiva aplicación del Plan Nacional de Alzhéimer, cuyo borrador fue desarrollado por diferentes colectivos y personas que constituimos el Grupo Estatal Demencias (GED), impulsado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y dirigido por el Imserso; un grupo en el que tuve el privilegio de participar en representación del colectivo de Asociaciones de Familiares organizados en la Ceafa. Este plan fue posteriormente aprobado por el Consejo de Ministros. Conscientes de que el abordaje integral del alzhéimer y otras demencias es una prioridad de salud pública y un problema sociosanitario de primer orden, su dimensionamiento, alcance e impacto social y económico nos plantea el reto de planificar y poner en marcha actuaciones decididas, capaces de impulsar avances en respuestas adecuadas, específicas e integrales para el binomio afectado (personas con alzhéimer y sus familiares cuidadoras/es).

La situación de especial vulnerabilidad en la que se encuentran estas personas, requiere avanzar en la búsqueda de respuestas y soluciones globales, con implicación transversal de todos los ámbitos, que cubran sus necesidades; en particular, desde el ámbito sociosanitario, impulsando nuevas metodologías y estrategias de intervención y coordinación de los agentes que intervienen. Respuestas que, asimismo, contribuyan a promover una nueva percepción, consideración y complicidad hacia las personas con alzhéimer, propiciando entornos amigables, eliminando situaciones de rechazo, exclusión y estigmatización, con condiciones que les permitan mantener oportunidades de participación efectiva en la comunidad, como ciudadanía activa con plenos derechos.

También es preciso activar soluciones que contribuyan a frenar el impacto económico y social de la enfermedad, avanzar hacia la sostenibilidad de los sistemas de protección social, promover la innovación y la investigación biomédica y sociosanitaria desde parámetros de calidad, racionalidad y colaborar en red. Como es importante disponer de metodologías, herramientas y dispositivos de información y conocimiento relativos al dimensionamiento y situación de las personas afectadas. Desde este enfoque, el Plan Nacional de Alzheimer se articula en cuatro ejes de actuación, interrelacionados en torno al binomio indisoluble: persona con alzhéimer y cuidador/a familiar como centro y sentido de todas las actuaciones que impulsa: 1: Sensibilización, concienciación y transformación del entorno. 2: La persona, en el centro de la atención sociosanitaria y en lo que se refiere a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento. 3: Derechos, ética y dignidad de la persona. 4: Investigación, innovación y conocimiento.

Desde un sentimiento de profunda solidaridad, tenemos que recordar a todas aquellas personas a los que esta pandemia ha afectado en mayor o menor grado, y sobre todo a los que han perdido a algún ser querido. Afagi asume su corresponsabilidad con la sociedad y con las instituciones implicadas en la búsqueda de un entorno más justo, solidario y comprometido, con un nuevo concepto de cuidado que aporte un envejecimiento con seguridad y, sobre todo, con dignidad. Y recuerda: ante el alzhéimer, no estás solo ni sola.