Una oleada de misoginia se desencadenó en Francia durante la segunda mitad del siglo XVII que tomó como diana a las participantes en los salones ... literarios, desdeñosamente calificadas como 'preciosas'. Hasta entonces, tal adjetivo se usaba como sinónimo de delicadeza, de refinamiento, de distinción femenina, con una connotación positiva. Pero a partir del estreno de 'Las preciosas ridículas' de Molière, en 1659, la palabra adoptó un sesgo burlón.
Publicidad
La hostilidad hacia las 'salonières' y las sátiras que se suscitaron fueron reacción contra el ascendiente que las mujeres estaban adquiriendo en el mundo de las letras y, aún más allá, en la conformación de la vida cultural moderna. Catherine de Rambouillet había abierto brecha como árbitro de una nueva elegancia y de un gusto también nuevo. En torno a la marquesa de Sablé se creó un modelo literario y filosófico, el del moralismo. Y Madeleine de Scudéry demostró que las escritoras podían competir con éxito en el mercado de la novela. De modo que en la arremetida contra la llamada 'preciosidad' los prejuicios sociales y sexistas se mezclaban con los celos literarios.
Esto no significa que la sátira molieresca careciera de referencias. Pues ciertamente había una moda esnob que llevaba a las jóvenes de la burguesía de la época a vestir y a moverse con afectación y cursilería ('ridículas', como el título de la famosa obrita), y a hacer gala de pedantería con un lenguaje relamido, retórico. En su argot, por ejemplo, llamaban a los senos femeninos «los cojinetes del amor», y a las mejillas «los tronos del pudor»; un espejo era un «consejero de las gracias», y los suspiros, piropos, cumplidos o arrebatos en los amantes, «el mobiliario de la seducción». Expresiones a menudo sacadas de la literatura galante escrita por autoras como la 'superventas' Scudéry.
La campaña contra las 'preciosas', cuyo principal ariete fue, queriéndolo o no, el gran Molière (nacido hace ahora 400 años), acabó favoreciendo el descrédito mundano de cuantas frecuentaban los salones y gustaban cultivar las artes y las letras. Y a fe que la campaña dio sus frutos pues aquellas mujeres tuvieron que replegarse a la espera de tiempos mejores, que no llegarían hasta vísperas de la Revolución de 1789.
Publicidad
Sin embargo, visto desde la perspectiva del presente, la 'preciosidad' representa una interesante y algo extravagante página en el camino hacia la igualdad entre los sexos, así como primicia de la irrupción de la mujer en la vida literaria y cultural europea.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El humilde y olvidado Barrio España: «Somos como un pueblecito dentro de Valladolid»
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.