Quinto malo
El oficio de vivir ·
La política española pierde a un villano de raza y vocación, no como Abascal que lo es de astracánSecciones
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El oficio de vivir ·
La política española pierde a un villano de raza y vocación, no como Abascal que lo es de astracánIncluso en una democracia garbancera como la nuestra, alguien así tiene menos recorrido que el Tren de la Bruja. Chulapo, narcisista, faltón, millonetis arrollador, sin ... empatía ni simpatía, sumado a un cartel electoral de Caravinagre, el kiliki de los Sanfermines, su salida estaba más que cantada. Apenas ha durado un año en primera línea de la política después de que Rivera lo fichara en su operación 'atraer talento'. Sin duda que Marcos de Quinto posee talentos; más discutible es que tenga cualidades para despachar de cara al público.
Apodado 'Kalimotxo Gran Reserva' por su pasado en la multinacional Coca-Cola mezclado al farde de empinarse vinos carísimos, en su carta de presentación digital se autodefine como 'pirata sin bandera', y cual psicoterapeuta asegura: «No pretendo convencerte de nada, acaso hacerte dudar de lo que crees». Le faltó añadir: «Pero déjate de chorradas escépticas si sabes, como yo, que no hay más verdad que la del Mercado».
Hombre de lengua lijosa y de gatillo tuitero fácil, hace masa con quienes confunden vulgaridad con autenticidad. A sus rivales y discutidores los saludaba con epítetos como 'deficitarios educacionales', 'cretinos', 'trolls de mierda', 'miserables', 'basura', 'gentuza'. Los refugiados de guerra recogidos por el 'Open Arms' eran «bien comidos pasajeros» del barco de ayuda humanitaria. ¿El Ingreso Mínimo Vital para familias sin recursos básicos?: un «sueldo Nescafé para toda la vida». Y la violencia machista, solo una excusa para crear «chiringuitos feministas donde colocar a indocumentados».
Ahora, el cotarro parlamentario se queda sin este provocador de baja estofa y alto standing, un tipo atípico en estas democracias donde el personal electo se pone majete y ofrece el perfil de abnegados servidores del interés común. No era el caso del diputado por Madrid que nunca pretendió caer bien al populacho ni amistar con quienes sientan los nalgatorios en la bancada de Cortes, mediocres en su mayoría más que absoluta, según él.
El 'pirata' De Quinto pliega velas y la política española pierde a un villano de raza y vocación (no como Abascal, que es un malo de astracán). Las penas con cerdo de oro son menos y ello habrá de ayudarle a sobrellevar su indigencia emocional, además de digerir el acíbar acumulado en el tiempo récord transcurrido desde que salió de la sombra hasta que cayó en el lodo. Y eso duele cuando uno iba para ministro de Economía (¡vaya librada, ciudadanos!). ¿Quién dijo que no hay quinto malo?
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