Reciclar para revivir
El oficio de vivir ·
El fenómeno que se presenta como nuevo, moderno y avanzado tiene un origen más antiguo que la receta de ropa viejaSecciones
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El oficio de vivir ·
El fenómeno que se presenta como nuevo, moderno y avanzado tiene un origen más antiguo que la receta de ropa viejaPantalones y jerséis pasaban de los hermanos mayores a los menores, lo sobrante a mediodía se recocinaba por la noche y el resto lo recogía el carro de la 'txerrijana', muebles y trastos se ofrecían al chatarrero del barrio, y por unas monedas el trapero ... se llevaba cartones, colchones y tejidos. Como las necesidades eran muchas y los medios disponibles limitados, se reutilizaba y aprovechaba todo cuanto era posible. Solo mucho más tarde, ante el despiporre del consumismo, la obsolescencia programada y el frenesí de usar y tirar, nos pusimos las pilas y empezamos a reciclar.
Leemos que las empresas textiles están aplicando prácticas de economía circular a su cadena de suministro como modo de dar salida a un problema de saturación de excedentes y, de paso, para mejorar su imagen, asunto muy serio desde que se supo que ciertas firmas cada año destruyen género invendido por valor de decenas de millones de euros como modo de «proteger la marca»: noticias como esta se hallan en el origen de los primeros movimientos legislativos contra el despilfarro a nivel europeo.
Para dar una pátina chic a lo que fue recurso de hippies y menesterosos, las enseñas de lujo en vez de hablar de 'prendas recicladas' o de 'excedentes reutilizados', aplican expresiones más sugestivas como 'regeneración', 'ennoblecimiento' o 'segunda vida para nuestras creaciones'. También se intenta seducir con palabros como 'upcycling', 'downcycling' o 'recycling', variantes del hecho común de procesar productos ya sin recorrido comercial o de crear algo distinto a partir de materiales viejos. Llámeselo como se quiera, este fenómeno que se presenta como nuevo, moderno y avanzado tiene un origen más antiguo que la receta de ropa vieja. Una forma de alargar la vida de los materiales que se ha aplicado históricamente a los más variados aspectos.
Dos ejemplos de nuestro urbanismo. Estos días se procede a la demolición del viaducto de Iztueta, erigido en los años cuarenta para conectar el centro de San Sebastián con la zona de Atotxa y Egia. Pues bien, para su construcción se emplearon sillares provenientes del convento de los oblatos de Urnieta destruido por las bombas durante la Guerra Civil. Y si cruzamos esa misma acera y nos asomamos al río Urumea nos apoyaremos en la primitiva barandilla de La Concha, reubicada allí cuando se puso la hoy tan emblemática.
«Todo lo que no es tradición es plagio», según D'Ors. Aplicado a nuestro tema: todo lo que no sea reciclable que al menos resulte aprovechable.
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