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España no es Venezuela, pero la situación política tiene un rasgo común. Un presidente enrocado en una estrategia inútil de resistencia y la oposición crispada tomando con encono las calles de la capital. Maduro está encantado. Y Trump también. En esto coinciden los dos impresentables. ... España se ha vuelto de pronto un país tercermundista. El virus venezolano era contagioso. Qué desgracia tan grande. No es la economía, por una vez, sino la política. La clase política, más empeñada que nunca en ser un sector del entretenimiento, como decía Frank Zappa, suministrando emociones fáciles e intrigas intensas a los votantes para que no vean la verdad. La verdad digital de la economía. La dura realidad de los números y los algoritmos.

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