Soñar con el confinamiento
El oficio de vivir ·
Se produjo un aumento de las emociones negativas, pero también de ensoñaciones positivas, una 'polarización onírica'Secciones
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Se produjo un aumento de las emociones negativas, pero también de ensoñaciones positivas, una 'polarización onírica'Se están dando a conocer nuevos estudios sobre la repercusión que tuvo el confinamiento de 2020 en la calidad del dormir y en el contenido de los sueños entre la ciudadanía de Europa y América. El punto de partida es que, aun tratándose de una ... experiencia individual y única, el sueño ofrece una pantalla sobre la que a menudo se proyectan las inquietudes colectivas. Dado que se sueña en relación a lo que se vive, lo social es absolutamente relevante en esos paréntesis de ensimismamiento nocturno.
Dos conclusiones nos han llamado la atención. Primeramente, que una amplia mayoría de personas declara que durante aquella etapa de aislamiento empeoró la calidad de su reposo, esto es, que durmieron más pero de manera más irregular, con alteraciones en el ciclo. Segundo dato a considerar: los contenidos también experimentaron sensibles modificaciones durante el aislamiento. Y ello en doble dirección: se produjo un aumento de las emociones negativas, pero también de ensoñaciones positivas. Podría hablarse de una 'polarización onírica'.
Las encuestas muestran que durante buena parte del pasado año muchas personas se sintieron abrumadas o abatidas, lo que cristalizó en percepciones metafóricas al dormir en forma de amenazas, escenarios de descontrol, arbitrariedades, sentimientos de impotencia frente a algo terrible o fatal. También la muerte se insinuó con más asiduidad de lo habitual.
En pandemia, los sueños eróticos han aumentado hasta desbancar a las divagaciones laborales que en circunstancias normales ocupan con mayor frecuencia al cerebro dormido. Y situaciones imposibles o desaconsejables como salir y disfrutar de paisajes y de actividades, reunirse con gente, celebrar fiestas, abrazarse y acariciarse... han acompañado al reposo durante el confinamiento de una mayoría en prácticamente todos los países.
Dicen los expertos que soñar con placeres físicos y gratificaciones emocionales supone una compensación frente a estados de angustia, ansiedad o miedo. Durante la noche, nuestra mente crea un reducto de libertad desde el que intenta aliviarse de la presión de la vigilia a la vez que ensaya la realización de deseos. Evita así que una saturación de tensiones acabe por afectar a nuestro equilibrio psicológico.
En fin, el sueño actúa como poderoso proyector tanto de nuestra parte de sombra y de caos como de nuestra vertiente más luminosa y fantástica, y nos desvela los procedimientos de la mente cuando gira en rueda libre. 'Consultar con la almohada' nunca fue inútil.
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