Secciones
Servicios
Destacamos
Despiertos permanecemos todos en el mismo mundo, mientras que dormidos cada cual se refugia en su propio universo. De las profundidades de ese ensimismamiento cotidiano ... surgen chispazos, soluciones y creaciones que a veces marcan y hasta nos determinan en nuestra vida de vigilia. Más aún: en la historia de las artes, las ciencias y el pensamiento hallamos sueños de trascendental valor colectivo. Tal es el caso de tres genios durmientes que aquí evocamos aprovechando sus aniversarios; porque los sueños también cumplen años.
Empezando por el más reciente: hace cincuenta y cinco años Paul McCartney soñó una melodía que, al despertarse, pudo reconstruir al piano. El resultado era tan maravilloso que pensó que debía tratarse de un recuerdo oculto, es decir una criptomnesia o plagio inconsciente. Para salir de dudas, preguntó a gente del negocio de la música si le sonaba. Cuando estuvo seguro de su originalidad, la editó junto con su banda, The Beatles; nacía así 'Yesterday'. (Para no ser menos, por esas mismas fechas los Rolling editaron 'Satisfaction', cuyo 'riff' supuestamente grabó, entre ronquido y ronquido sin apenas abrir los ojos, Keith Richards).
De los sueños creativos pasamos a un sueño inteligente nacido sobre la almohada del químico ruso Dmitri Mendeleev. Desde mediados del siglo XIX, científicos de todo el mundo intentaban ponerse de acuerdo sobre las fórmulas y los pesos de átomos, moléculas y equivalentes. Pero la definitiva clasificación periódica de los elementos emergió hace ahora 150 años, cuando Mendeleev visualizó en estado onírico un cuadro donde se ordenaban perfectamente todos los compuestos químicos de la naturaleza. Tal es el origen de la sublime tabla que, ampliada y mejorada, ha llegado hasta hoy.
Durante una noche helada en el frente bávaro, el joven René Descartes, a la sazón soldado en la Guerra de los Treinta Años, fue asaltado por tres sueños sucesivos. En el primero, le atormentaron unos fantasmas; en el segundo, le estremeció una explosión; en el tercer sueño vio un diccionario y un libro de poesía que le llamaban a dedicarse a las ciencias y a la filosofía. Descartes consideraba estos sueños del 10 de noviembre de 1619 no solo como reveladores de su vocación sino también como el primer motor de su obra, tan determinante para el futuro pensamiento occidental. Conocido esto, resulta comprensible que sabios y creadores cuelguen por las noches de la manilla de sus dormitorios el cartel de «No molestar, estoy trabajando». Y es que parece claro que algunos saben más dormidos de lo que el común alcanzamos despiertos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.