Un conocido trabajó en una granja avícola. Se encargaba de colocar los pollos en los ganchos que se utilizan para matarlos. Me contó que decidió dejar el trabajo no por lo desagradable que era su labor, sino porque en un momento dado se dio cuenta ... de que no le importaba -de tan acostumbrado que estaba a bregar con esa tarea- infligir al animal más sufrimiento del estrictamente necesario para cumplir con su cometido, y eso, en un instante revelador, le hizo preguntarse en qué clase de ser desnaturalizado se estaba convirtiendo.

Publicidad

La Ertzaintza ha detenido estos días a un vizcaíno por dejar morir a dos perros en su piso. El maltrato había sido prolongado porque mantuvo a los animales en condiciones de desnutrición. Ante esa atrocidad, me pregunto cómo puede ser que, estando en plenitud de facultades, una persona no se horrorice al ver que se aleja de la condición humana para convertirse en bestia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad