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La oportunidad de los acontecimientos encierra a veces un involuntario temperamento discursivo. Me explico. Llevamos unas semanas de gran tensión política. El debate de investidura fue bronco y la investidura misma resultó bronca también. Hemos vivido uno de esos momentos en los que, por no ... terminar discutiendo con familiares o amigos, nos hemos mordido la lengua. Así ha estado el patio. Por eso me ha parecido maravilloso que el jueves por la noche, tras la investidura, se celebrara en Sevilla la gala de los Premio Grammy Latinos, como si de un gran encuentro after work se tratara. El efecto era extraño, pero calmante: la atención se desplazaba de Pedro Sánchez y Feijóo a Rosalía o Rauw Alejandro. Pasar de la bronca y del aspaviento a la fiesta y el bailoteo siempre ha sido algo muy latino, aunque sobre el escenario hayamos visto determinadas actuaciones que, posiblemente, requerirían también de algún tipo de amnistía.
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