I love NY

Mientras pegamos a nuestros coches el distintivo ambiental, celebramos que seis cruceros gigantes— gigantes también de la contaminación— vayan a cerrar la temporada más «exitosa» para Getxo; mientras nos afanamos en apoyar los productos de kilómetro cero, aplaudimos que Bilbao vaya a contar con un ... vuelo directo a Nueva York para poder disfrutar de esa actividad tan mundana y elegante que es ir de compras por la ciudad de los rascacielos. Así las cosas, ante, por ejemplo, la expansión de parques eólicos en nuestro entorno, una siente que se enfunda en la armadura del Quijote cuando comenta que la solución al problema de la energía sería consumir menos. De nuevo, parecemos locos luchando contra molinos. Consumir menos, exclamamos con la lanza apuntando al cielo, y esas palabras se quedan inmediatamente enterradas bajo el fragor de los aeropuertos, de las sirenas de los buques, de los motores de las furgonetas de reparto de Amazon e, incluso, de nuestras más furibundas convicciones.