En los libros de Jane Austen o de Stella Gibbons, los personajes, tras sus novelescas jornadas, encuentran siempre refugio, por pobres que sean, en el interior de una casa: se calientan junto a una chimenea o bajo una manta confeccionada con retales mientras que, al ... otro lado de la ventana, nieva. El encanto de esas novelas inglesas me procuró pronto una imagen idealizada del invierno.

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Cuando hace un par de años visité la tienda de regalos librescos 'Mary & Percy', de Plasencia, comprendí que mi idealización se había sustanciado en Extremadura. El establecimiento, que es una preciosidad, emula una casa inglesa: un dormitorio, un salón con piano y chimenea, un comedor. El otro día, por casualidad, vi una foto del club de lectura que celebran allí: los libros sobre el mantel de la mesa, tazas de té, porciones de tarta. Si el invierno es duro, siempre podré imaginarme en 'Mary &Percy', donde el frío, más que una sensación física, es un concepto literario.

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