La atención es selectiva y yo, como todo el mundo, atiendo más a unas personas que a otras. Las razones por las que mantenemos una escucha tan desigual, por mucho que nos esforcemos en escuchar siempre, son múltiples. Por lo que sea, cuando una de ... esas personas a las que sí escuchamos nos da su opinión sobre algún tema, es probable que esa opinión nos haga reflexionar y nos ayude –no siempre, claro– a consolidar nuestro parecer. Del mismo modo, cuando nosotros compartimos una opinión, habrá entre nuestros receptores quien nos haga más o menos caso, pero entre quienes sí nos lo hagan puede que cale nuestro punto de vista, heredado tal vez de una de esas escuchas atentas previas. Con esto quiero decir que, aunque me esfuerce en estar informada, lea la prensa y escuche tertulias, es probable que, sin yo sospecharlo, algunas de mis opiniones se las deba a un señor de Toledo o a una señora de Irun, a saber. Los caminos de la persuasión también son inescrutables.
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