Oro, incienso, mirra y mascarillas

El año 2023 se despidió asombrado por las capacidades de la Inteligencia Artificial y seducido por el futuro; sin embargo, 2024 ha querido empezar mirando al pasado, y nos ha devuelto las mascarillas y el miedo a, por ejemplo, visitar lugares mal ventilados. Además, los hospitales han habilitado más camas ante el aumento de pacientes con enfermedades respiratorias. Revivimos, pues, viejos problemas con nuevas herramientas que no ayudan demasiado. La Inteligencia Artificial, que nos permitirá experimentar sensaciones increíbles, no nos alivia, de momento, de la sensación de respirar con dificultad.

En 2020 se dijo que saldríamos mejores y después vimos que no fue así; en el futuro, será una combinación de algoritmos la que indique en qué punto estamos. Las máquinas no sufrirán por nosotros, pero sí decidirán si hemos sufrido poco, mucho o regular, y todo lo que eso implique.