El Genal, un afluente del río Guadiaro, que discurre por la Serranía de Ronda, donde me encuentro, se ha secado. La falta de lluvia y la sobreexplotación a la que se le ha sometido para regar aguacates han provocado el desastre. Es doloroso ver un ... paisaje tan bonito en unas condiciones tan penosas y entristece pensar en los niños y niñas que no se bañarán en su cauce, en los pájaros que no beberán de su agua, en los peces que habrán muerto; pero es que además de ser triste, la situación también es delicada porque conduce al descrédito de las autoridades. Los agentes de medioambiente pasean por la ribera del Guadiaro para controlar que, por ejemplo, los niños no jueguen en el agua con cazamariposas. Las autoridades tendrán sus razones, pero la gente se preguntará dónde estaban mientras se extraía agua de los pozos ilegales. Urgen políticas medioambientales serias para impedir más desastres ecológicos y para evitar un peligroso divorcio: el del ciudadano con la norma.

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