Tiene que ser muy difícil ser Manuel Carrasco. Tiene que ser muy difícil caer bien a todo el mundo, recibir tanto cariño, despertar tanta admiración entre tanta gente. No sé a cuántas personas he escuchado este verano anunciar con ilusión que tenían entrada para uno ... de sus conciertos, no sé cuántas veces he escuchado sus canciones coreadas por cualquiera en cualquier parte. Imagino que si eres Manuel Carrasco, preocupará en alguna medida defraudar a toda una legión de seguidores. Es más cómodo ser alguien que no despierte tantas simpatías, y poder resultar decepcionante.
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Si Ana Rosa Quintana, por ejemplo, se levanta de mal café y dice alguna inconveniencia no sorprenderá a nadie, pero si lo hiciera Manuel Carrasco, la conmoción podría ser general. Por eso creo que no debemos agobiarnos si notamos que le caemos mal a alguien; debemos pensar que esa sensación, la de caer mal, tan liberadora, es una experiencia de la que nunca podrá disfrutar Manuel Carrasco.
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