En los lugares más afectados por la sequía se ha propagado con especial rapidez la teoría de que las estelas de condensación que dejan los aviones son productos químicos dirigidos a esterilizarnos, a enfermarnos, a cambiar el clima por intereses espurios o, ya puestos, a ... terminar con la Humanidad. Me entristece que haya tantas personas que crean en un 'programa atmosférico secreto' porque mientras señalan los 'chemtrails' —esas estelas— no se fijan en las causas que están acelerando el cambio climático o en las actuaciones, muy cercanas y muy concretas, que han desecado los acuíferos de distintas zonas de España. Ahora, cuando tanto ha llovido, debería desinflarse la teoría, desmentida por los científicos, de los 'chemtrails'; sin embargo, no creo que eso suceda. Puede que la estela de los aviones sea larga, pero más larga es la estela del pensamiento mágico y del empecinamiento. Ni el agua de la abundante lluvia que ha caído estos días podrá disolverla.
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