Las personas mayores que han enfrentado problemas muy complejos y que acumulan pérdidas dolorosas y que aun así siguen echándole ganas a la vida me generan una enorme admiración. No sé si la cercanía de la propia muerte –pienso en quienes han superado los noventa ... años– confiere cierta elevación; no sé si entre el momento de nacer y el de morir se dibuja algún tipo de parábola relacionada con el discernimiento último de nuestro paso por el mundo, pero creo que saben algo que los más jóvenes desconocemos. Me gustaría, por ello, asistir a las charlas que dieran personas mayores, que han sabido sobreponerse a tanto. Sospecho que la esencia de su conocimiento distará de los manuales de autoayuda y del 'sígueme para más consejos'. Los observo en las cafeterías, en las calles, avanzando con sus pasos pequeños, en los centros de salud o frente a los escaparates y me infunden una esperanza indeterminada. Esas personas son punks sin cresta, 'no future', pura actitud.
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