Los hemos visto bailar el aurresku a relevos y bailar incluso sevillanas con trajes de feria rojiblancos; los hemos visto animar el centro de Sevilla con trikitixas y panderos; los hemos visto jalear una boda para pasmo de los novios y cantar 'Badator Marijaia' a ... una señora que se asomó al balcón de su casa. Los hemos visto tomar las calles de Triana y surcar el Guadalquivir a bordo de una recreación de la gabarra. La verdad es que al mirarlos en las horas previas, y ante semejante ambiente, parecía que no les hacía falta ni ganar, pero ganaron.
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Yo, que no entiendo de fútbol, creo que se merecían la victoria porque la afición del Athletic Club ha demostrado ser una disparatada compañía de teatro de calle. Merecían la Copa del Rey –seguramente tanto como el Mallorca–, pero pienso que también podrían merecer el Premio Max al Mejor Espectáculo de Calle.
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