Durante el curso no puedo elegir con libertad mis lecturas porque lo que leo suele estar relacionado con mi trabajo. Ahora, en vacaciones, sí que puedo leer por placer, pero ayer, cuando me dispuse a seleccionar algunos libros, me quedé bloqueada y me agobié. Muchas ... veces, en invierno, reservo mentalmente tal o cual título para el verano, pero cuando llegó la hora de elegir, me abrumó la libertad.

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El otro día, pregunté a mis amigos en qué lugar del mundo vivirían si pudieran elegir y si no tuvieran ningún tipo de limitación ni personal ni económica, y me sorprendió comprobar que, si bien sí que se mudarían a casas más amplias o mejores, nadie escogió un lugar alejado de su residencia actual. Me asusta a veces pensar que, sin darnos cuenta, nos hayamos convertido en aves que olvidaron cómo volar; así que volveré a plantarme delante de las baldas de la librería, elegiré un rumbo y extenderé mis alas.

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