Vascos convocados al futuro

De ahí en mi opinión la necesidad de la presencia de Euskadi, de la cultura vasca, el euskera y los vascos en la UE y en el mundo, y ello a pesar / y aunque, en esta primera instancia la UE se articula en exclusiva a través de estados que se resisten por ahora a delegar y compartir soberanías. Todas las naciones tienen derecho a reclamar y ser sujetos de su futuro, pero ese futuro en pleno proceso de globalización y mundialización, sólo será real, posible y con perspectiva, si es compartido y cuando las políticas llevadas a cabo actúen en positivo sobre los hechos y las voluntades. Quizás la existencia de una comunidad supraestatal como la UE, o el mundo mismo, supondrá en el tiempo un proceso de superación de todos los nacionalismos sin excepción, es decir de los grandes-estatales-uniformizantes y también de los pequeños-sin estado-defensores de su identidad. Quizás ese proceso se dé más fácilmente en aquellas que logren incorporarse en igualdad de condiciones, voluntaria y solidariamente a 'eso' supraestatal que se construye como comunidad de naciones. El pulso pasa del campo teórico a la experiencia histórica que está por escribir. Porque por nuestra voluntad de querer seguir siendo vascos estamos, lo queramos o no, convocados a un futuro que a su vez nos convoca.

Traigo a colación unas reflexiones manifestadas por el PNV con motivo de secundar el llamamiento hecho por el Gobierno Vasco para celebrar el último 8 de septiembre pasado 'El Día de la Diáspora Vasca' celebrado en su segunda edición en Ispaster: Toda Nación que se precie ha de conocer bien su historia, y ha de saber divulgarla. La emigración ha sido una constante a lo largo de nuestro devenir como Nación, de un modo especialmente intenso a lo largo de los siglos XIX y XX, teniendo a América como principal destino. En ese sentido hay que reconocer el valor y la estratégica importancia del trabajo desarrollado por las 'Euskal-Etxeak' que se erigieron en hogares de acogida y confraternización, posibilitando el mantenimiento de nuestro acervo cultural y su transmisión a las siguientes generaciones. Estas instituciones tienen hoy que desempeñar un papel decisivo en nuestro porvenir como Nación a través de la reactualización y adecuada adaptación de nuestro legado nacional y cultural a las necesidades propias de los tiempos actuales. Los tiempos cambian a una inusitada velocidad y hay que reconocer que junto con esta emigración histórica, en los últimos años vivimos otro tipo de emigración vasca al exterior, denominada 'migración circular', con un perfil mayormente profesional, joven, de alta movilidad, elevada cualificación y una intención inicial de residir temporalmente en el exterior.

Ciertamente en este siglo XXI y en plena época de la globalización uno de los grandes retos a afrontar radica en evitar la uniformización de los pueblos y la extinción de las minorías y de las diversidades culturales que enriquecen este mundo. La tecnología del momento permite ser aplicada en clave de oportunidad y ser utilizada como herramienta estratégica que ayude a fortalecer la identidad vasca global por encima de cualquier frontera y a preservarla en su interacción inter-generacional. El porvenir de la Nación vasca pasa pues por incorporar estructuralmente a su octavo Herrialde y por posibilitar, a través de la tecnología y de la digitalización que toda persona vasca en el mundo sea partícipe de forma activa en la construcción de nuestro futuro conjunto.

Parafraseo al Lehendakari Urkullu cuando con motivo del mencionado acto manifestó: «Ahora nos toca recibir a personas migrantes que buscan un nuevo futuro en nuestro Pueblo. Fuimos acogidos, debemos acoger. Debemos abrir los brazos de Europa y de Euskadi a personas que, sin duda, van a participar en el futuro de nuestro País. La UE debe cambiar de raíz y aprobar una política común para acoger a las personas que buscan refugio y un nuevo futuro en nuestra tierra. Nos corresponde asumir la responsabilidad y construir un compromiso compartido para responder a la realidad de las personas refugiadas y migrantes que se encuentran en situación de gran vulnerabilidad ante las puertas de la casa común europea. No podemos mirar para otro lado como sociedad».

Sí, cierto, los vascos, la sociedad vasca en su conjunto, estamos convocados al futuro, a un futuro que, por cierto a su vez, ya nos ha convocado.