Berta Muñoz Castro
Lunes, 28 de noviembre 2016, 15:06
A medida que pasen los días, el chichón del pequeño irá cambiando de color. En un primer momento será rojo, luego morado, después verdoso y cuando esté a punto de desaparecer adquirirá una tonalidad amarillenta. Esta variación de colores tiene se debe a la reacción química de la sangre.
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Rojo: Cuando sufrimos el golpe y comienza a producirse la acumulación de sangre consecuencia de la rotura de pequeños capilares o vasos sanguíneos.
Morado: Después del golpe, la piel adquiere un color morado-azulado porque los glóbulos rojos dañados liberan hemoglobina, que actúa como un pigmento.
Verdoso: La hemoglobina se transforma poco a poco en biliverdina (pigmentos de color azul o verde asociados a la bilis, procedentes del catabolismo de la hemoglobina), de manera que el hematoma cambia a un color verdoso.
Amarillo: Última tonalidad del moratón. En esta etapa, la biliverdina se transforma en bilirrubina , de forma que la piel toma un tono amarillento. Esta tonalidad suele aparecer a los cinco días del golpe, aunque los tiempos son diferentes en cada contusión y en cada niño.
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