![Nacho Vigalondo: «Fue un alivio que me diagnosticaran TDH con 40 años»](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2025/02/12/nacho-vigalondo2-kwCG-U230839091965jPC-1200x840@RC.jpg)
![Nacho Vigalondo: «Fue un alivio que me diagnosticaran TDH con 40 años»](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2025/02/12/nacho-vigalondo2-kwCG-U230839091965jPC-1200x840@RC.jpg)
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Nacho Vigalondo (Cabezón de la Sal, 1977) se acerca a los 50 años y bromea: «Estamos en la segunda parte de 'It'», cuando los chavales protagonistas de la novela de Stephen King ya son adultos y exorcizan sus terrores infantiles. Está claro que sin la ... madurez que dan los años el cineasta cántabro no podría haber contado una historia sobre el duelo como 'Daniela Forever', en la que un DJ americano que vive en Madrid encuentra la manera de seguir con su pareja, una ilustradora italiana fallecida en accidente de tráfico, gracias a una revolucionaria pastilla que le permite resucitarla en sus sueños.
Henry Golding y Beatrice Grannò protagonizan este romance de ciencia-ficción teñido de humor y melancolía, que tras su paso por los festivales de Toronto y Sitges llega a las salas el próximo 21 de febrero y que el FANT preestrenó en Bilbao. Vigalondo estrena un largometraje ocho años después de 'Colossal', durante los cuales ha realizado series y presentado el programa 'Los felices veinte'. Este 2025 también veremos Superestar', la serie que ha dirigido para Netflix producida por Los Javis sobre Yurena, la antigua Tamara, y su cuadrilla de friquis: Paco Porras, Tony Genil, Leonardo Dantés...
–¿Qué es eso de que le diagnosticaron TDH a los 40 años?
–Sospecho que a mi padre no se lo diagnosticaron nunca, porque es hereditario. Nos dejó el año pasado, una de esas muertes que son una pena y un alivio porque estaba sufriendo mucho. De niño, recuerdo un comentario frecuente: tienes un problema de nervios. Está lo más vistoso: eres torpe, como Peter Sellers en 'El guateque', la lías. Pero también aspectos no tan fáciles de percibir, como el sentimiento de culpa cuando algo no te sale bien, la parálisis al enfrentarte a las cosas...
–Con ese diagnóstico sus padres se explicarían muchas cosas sobre usted.
–Claro. Si con 40 años te diagnostican algo que se atempera con una pastilla tienes que explicárselo con mucho cariño a tu madre. '¿Desde cuándo tienes eso?', me preguntó. 'Desde siempre, es una condición genética'. Para mí fue un alivio muy grande, porque llevaba toda la vida sometido a una culpa autoimpuesta salvaje. Tener algo que lo define todo es un alivio.
–Llevaba ocho años sin estrenar un largo, pero en este tiempo ha sido feliz realizando series y presentando 'Los felices veinte'.
–Bueno, cuando me ofrecieron un capítulo de 'Historias para dormir' me alegré de que volvieran a ofrecerme escribir y dirigir. Presentar 'Los felices veinte' es una experiencia que quiero que continúe, estamos en ello. El sambenito de que 'Daniela forever' es mi película más personal entiendo de dónde viene, pero en realidad todos mis trabajos son una página de mi diario, hasta los más abstractos. Hoy en día se puede ser cineasta sin hacer cine. Los Javis no han dejado de crecer como cineastas y desde 'La llamada' (2017) no han rodado un largometraje. Hemos llorado a uno de los grandes directores de la historia, David Lynch, que se ha ido en activo. Y su última película en salas fue 'Inland Empire' (2006).
–Usted encaja en la definición de cineasta de culto. ¿Alguna vez a lo largo de estos casi 30 años de carrera le ha apetecido formar parte del 'mainstream' y ser como Amenábar?
–No creo que Amenábar haga nada que no le salga del corazón, todo lo que hace es vocacional, aunque la apertura comercial de su cine sea más grande. Con el paso de los años entiendo que hay cosas que puedo hacer, y que cuando yo no esté ya no se harán. Rodando capítulos de series como 'Justo antes de Cristo' y 'Nuestra bandera significa muerte' me sentía en el mejor gimnasio del mundo, pero siempre hay un pensamiento soterrado: en el mejor de los casos no lo estás haciendo mejor que el siguiente de la lista. Digamos que la televisión es un formato que soporta mejor tu hipotética muerte. Me siento más a gusto con 'Daniela Forever', donde aportas algo, las propias obras estás deseando que las hagas.
–Su película apuesta por vivir en los sueños, que es algo que hacen los directores de cine.
–Anoche me metí en la cama del hotel nada más zamparme una hamburguesa. Y a las tres de la mañana tuve una pesadilla tristemente de bajo presupuesto; siempre le he reprochado a mi cerebro que mis pesadillas y sueños son 'low fi'. Un director aspira a poder dirigir sus sueños cada noche. De eso habla la película, de la responsabilidad que tienes como demiurgo cuando creas una realidad que empieza a responder por sí misma.
–Tenía que llegar a esta edad para hablar de aceptar el duelo.
–Cuanta más suerte tengas y más vivas, más duelos vas a tener que experimentar. Es duro darte cuenta de que cada duelo no te entrena para el siguiente, no te hace callo; de hecho, puede que cada duelo favorezca que te desequilibres más con el próximo. Cuando estás en la cara B de tu vida te das cuenta de que la realidad del duelo es insoportable, pocas veces se ha llevado al cine en su verdadera dimensión. La muerte ajena no tiene solución, es un desastre. El duelo se parece a la resaca en que el único método válido para superarlo es el tiempo.
–'Daniela Forever' podría formar un programa doble con 'La sustancia' a la hora de hablar de adicciones.
–La ciencia ficción siempre parece muy pesimista cuando se introduce una pastilla, pero las dos condenan su mal uso. El personaje protagonista es un ángel comparado con lo que haríamos nosotros con esa pastilla.
–¿Cómo vive un autor de distopías este tiempo que nos ha tocado, con Donald Trump manejando las riendas del mundo?
–La ciencia ficción nunca anticipó que la Inteligencia Artificial fuera a aplicarse al entretenimiento. De niño pensaba si iba a haber un momento, un corte en el que ya fuera mayor. Y otro en el que fuera el futuro. Cuando veíamos 'Cuando el destino nos alcance' o 'Mad Max' nos preguntábamos cuándo íbamos a estar ahí. Creo que ya estamos viviendo en un entorno propio de la ciencia ficción que es el ciberpunk. No llueve, no es siempre de noche y no estamos rodeados de neones, pero ya es el ciberpunk. Hay cuentas erotizantes manejadas por IA, que hacen compañía a usuarios que saben que son criaturas imaginadas. Nos pueden llamar haciéndose pasar por nuestra madre. Donald Trump era una figura satirizada en los cómics que leía en los 80. Los tebeos de Frank Miller, 'Robocop' o 'Cimoc' ya han ocurrido. Trump es una visión satírica de Ronald Reagan.
–Este año veremos 'Superestar', la serie sobre Yurena, la antigua Tamara, y su cuadrilla de friquis. ¿Se ríe de ellos o con ellos?
–No cambio de registro. Nunca he mirado por encima al público ni a los personajes. Rechazo el clasismo, no me siento por encima de gente que es real y está viva. En 'Superestar' he huído de los tópicos del biopic, no he pretendido contar ninguna verdad, pero me he obligado a comprender con respeto la humanidad de todos los personajes.
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