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Un palmarés difuso que, en el último momento, dio un histórico giro: el primer ex aequo de la historia a Mejor Película para 'El 47' y 'La infiltrada'. Por primera vez en los Goya, los académicos no se han puesto de acuerdo y han decidido ... reconocer, por igual, a ambos largometrajes, dejando así una de las ediciones con el palmarés más divido de los últimos años. «En caso de empate en número de votos en una misma categoría, podrán proclamarse dos ganadores/as, con los mismos derechos e incluyendo sendos trofeos», dicen las bases de la Academia sobre el posible empate de dos filmes. Un artículo que nunca hizo falta consultar hasta este sábado, cuando se ha hecho público que 2.000 miembros han repartido sus votos entre los títulos que firman Marcel Barrena y Arantxa Echevarría.
Confusos y sin saber muy bien qué hacer, ambos equipos subieron al escenario, creyendo desde un primer momento que se trataba de un error en la apertura del sobre de la mano del reparto de 'Mar adentro' que se reencontraba 25 años después. Los integrantes de 'La infiltrada' y 'El 47' llenaron el escenario del Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada y se repartieron los tiempos de agradecimiento en los últimos minutos de gala, falta de ritmo y poco dinámica como de costumbre, pero con un reparto de cabezones de lo más 'proporcionado'. 'EL 47' se lleva la palma y cinco Goyas. Le siguen 'Segundo premio' y 'La habitación de al lado' con 3, mientras que 'La Infiltrada', 'Marco' y 'La virgen roja' empatan con dos cada una. Por último, 'Casa en flames' solo consigue un premio.
Sin embargo, Mejor Director, sin ex aequos, tuvo doble destinatario también: el tándem de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez se lo llevó por 'Segundo premio'. En un crítico momento, cuando la incertidumbre y la falta de claros vencedores apuntaba a que un ausente Pedro Almodóvar recogería el galardón a Mejor Dirección. Su película, la primera rodada íntegramente en inglés en la filmografía del manchego, se hizo con tres premios. El que seguro «más ilusión le va a hacer a Pedro es el de Mejor Guion Adaptado», que tenga que ver con la escritura. Y así, su hermano, el productor Agustín Almodóvar recogió el Goya que le entregaron Los Javis.
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Cuando la inmensa y teatral Emma Vilarasau parecía tener todas las papeletas para coronarse como Mejor Actriz, la lectura de Malena Alterio y Ane Gabarain concedió la victoria a Carolina Yuste por 'La infiltrada', siendo el único cabezón, de los trece que optaba, con el que reconocían a la película de Arantxa Echevarría, además del histórico, y ya mencionado, premio a Mejor Película. La intérprete de Badajoz suma así su segundo cabezón, el primero como protagonista, que emocionada recogió sumándose a reivindicar en su discurso el derecho a la vivienda. Sin embargo, Mejor Actor no sorprendió: un inmenso Eduard Fernández recogía el cabezón por 'Marco', «quizás el papel más complicado que he hecho jamás», aseguró el intérprete a quien su hija, la también actriz Greta Fernández, entregó su segundo Goya por el personaje que los Moriarti han llevado al cine.
Entre reivindicaciones y músicas que marcaron los tempos de los discursos -la eterna lucha del minutaje para controlar las intervenciones de los premiados- los Goya también han reseñado talento guipuzcoano. La 39ª edición de los Premios de la Academia ha premiado las más de cuatro horas de caracterización de Eduard Fernández en 'Marco', que tienen mano de obra guipuzcoana. La maquilladora donostiarra Karmele Soler recogió junto a Sergio Pérez Berbel y Nacho Díaz su segundo Goya a Mejor Maquillaje y Peluquería. Hace ya la friolera de trece años fue por la estética de 'La piel que habito' de Pedro Almodóvar y esta vez, según dijo en el momento de la entrega, «lo voy a celebrar con todos vosotros. En especial con mi padre y mis dos sobrinas». Soler, que agradeció a los Moriarti el estar sobre el escenario como ganadora del cabezón, destacó «además de las películas, vuestros rodajes, que son los más felices».
También el talento donostiarra del compositor Alberto Iglesias, que se ha hecho con el duodécimo galardón de la Academia del Cine español por la música de 'La habitación de al lado', la primera película de Pedro Almodóvar rodada en inglés. Visiblemente emocionado, Iglesias, el profesional más premiado de la historia de los Goya, quiso dedicar su récord y nuevo cabezón a «Marisa Paredes que, desde mi primera colaboración con Pedro, en 'La flor de mi secreto', en la primera escena, estaba ahí». Se lo entregaban Estrella y Soleá Morente, a las que Iglesias tuvo a bien agradecer y, ya de paso, reivindicar la fusión del cine y la música, «un milagro que tenemos que mantener».
Un soporífero guion, que a ratos intentaba hacer chistes, pero que también pretendía emocionar y que, como habitualmente pasa, no aprovecha a sus estrellas. Ni siquiera las dos prometedoras grandes divas de las artes, Maribel Verdú y Leonor Watling -por primera vez dos mujeres conductoras de unos Goya que prometieron emular a la Sardá- tomaron las riendas de la noche granadina, haciendo un retrospectivo, escueto y discreto repaso -como hace años se hacía- a las películas nominadas. Tampoco sus puestas en escena fueron llamativas y mucho menos sus difuminadas intervenciones, más allá del inicial y emotivo gesto de ambas por los damnificados y afectados por la DANA en Valencia, a los que quisieron recordar en la apertura de la noche dedicada al cine.
Celebrada en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada, la gala fue más cercana ya a los espectáculos de varietés y programas musicales televisivos que a la gran fiesta del cine español que anualmente prometen. Se arrancó con una colectiva versión del 'Bienvenidos' de Miguel Ríos, presente en su tierra natal con guiño propio a los «hijos del cine español» y los adaptados versos feministas que entonó Eva Amaral junto a algunos de los protagonistas de la noche que se sumaron a la puesta en escena. 'La puerta abierta' de Alejandro Sánz, el clan completo de los Morente con su aflamencado 'Jaleo, jaleo', el verde con el que tintaron el escenario Dellafuente y Lola Índigo -la savia joven de los músicos-, y la libre adaptación de 'El amor', original de Massiel, de Rigoberta Bandini, fueron las estelares actuaciones de la gran noche, a la que ni la música salvó.
Ya puestos, las notas a las que la Academia reconoció fueron las creaciones de Pucho, C. Tangana o Antón Álvarez. El tema 'Los Almendros' coescrito junto a Yerai Cortés y La Tania fue premiado con Mejor Canción Original y la película documental, 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés', premiada con el Goya a Mejor Película Documental. Un doble reconocimiento al estreno cinematográfico del cantante que aspira a convertirse en una de las futuras promesas de la realización del cine español.
Aunque si algo no faltó en la noche de los Goya, además de las reivindicaciones y grandes discursos, fueron los homenajes. Fue, como se había anunciado su compañera, colega y amiga Maribel Verdú quien entregó el Goya de Honor a Aitana Sánchez-Gijón. «Eres luz, amiga. Una compañera leal, la gente te admira, eres un espejo, referente. Porque resistir en esta profesión es un auténtico milagro», dedicó a la galardonada honorífica más joven de la historia de la Academia que, curiosamente, también se suma a la lista de homenajeadas. A las eternas nominadas como Concha Velasco, Ana Belén o Ángela Molina, que nunca han logrado que el premio repose en sus estanterías, pero que fueron recompensadas con el de Honor.
«Gracias por semejante honor», agradeció la italiana que, desde los doce años y con Alicia Hermida, debutó interpretando a Lorca en un escenario granadino. «Formó parte de ese exiguo grupo de actores que puede vivir de esta profesión», dedicó la actriz a sus compañeros, que por desgracia no pueden vivir de la profesión. Sánchez-Gijón, que a punto estuvo de hacerse un Frances McDormand -poner en pie a todas las mujeres que componen la industria del cine- dijo «sentirse como una niña» y vivir el oficio como si empezase de nuevo a emprender sus más de cincuenta años de trayectoria profesional.
Alzó el Goya y con un «¡Nos vemos en el cine!» se despidió la actriz que aprovechó su discurso para agradecer a la Academia que hubiesen pensado en ella como premiada, justamente el mismo año que reconocían al «amor de su vida». Al que Sánchez-Gijón conoció en sus inicios, cuando «estaba prácticamente empezando y aún no era nadie y él buscaba actrices jóvenes para su película». Hablaba de Richard Gere, el eterno divo de Hollywood, sentado en las primeras butacas frente al escenario, que fue el Goya Internacional. Sobrecogido, emocionado y crítico, el actor recibió el galardón de manos de la otra gran estrella de la noche, Antonio Banderas, y aprovechó sus minutos para denunciar «la actual oscuridad de América».
Y cómo no, el 'esperado' homenaje a la Paredes. Tras las palabras del presidente de la Academia, Fernando Méndez Leite, María Isasi se subía a las tablas para reconocer a Marisa Paredes, su madre. La actriz, que también fue presidenta de la Academia y que falleció el pasado diciembre, dio lugar a la habitual pieza musical que anualmente acostumbra a musicalizar los Goya. Esta vez, mientras los rostros que nos han dicho adiós este 2024 se sucedían en un sombrío montaje, sonaba una melancólica versión del 'Si tú no estás aquí' de Rosana. «Mi madre me enseñó a luchar, a resistir y a demostrar que siempre se puede más y mejor», destacó Isasi sobre el legado personal y profesional de Paredes.
En cuanto al resto de premios, lo protagónico del palmarés de este 2025 es que los premios se han repartido 'como nunca' y hay una justa división, incluso una sensación de contentar a todos los títulos. De 'El 47', además del Goya a Mejores Efectos Especiales, destacaron sus interpretaciones 'de soporte'. Con apasionado beso a su pareja Kira Miró y efusivo abrazo a Antonio Banderas recogió el Goya a Mejor Actor de Reparto la sorpresa de la noche, Salva Reina. Con Mejor Actriz de Reparto se hizo, merecidamente, una emocionada Clara Segura, a la que precedió una 'casi' oscarizada puesta en escena. Cinco actrices 'de soporte' -Susi Sánchez, Natalia de Molina, María León, Eva Llorach y Elena Anaya- con dedicatoria a cada una de las aspirantes.
Mientras que el Mejor Vestuario fue para los atuendos de Arantxa Ezquerro para 'La Virgen Roja', la película de Paula Ortiz que también fue reconocida con el premio a Mejor Dirección Artística, la única aparición de 'Salve María' fue en la categoría de Actriz Revelación que recogió Laura Weissmahr. El resto fueron a parar a la musicalizada 'La estrella azul', que poco reconocimiento obtuvo en la gran noche del cine español más allá de los jóvenes talentos que fueron distinguidos: Pepe Lorente a Mejor Actor Revelación y Javier Macipe como Mejor Director Novel.
Por último, el auténtico fenómeno de 'Emilia Pérez' fue el Goya a Mejor Película Europea. Honor que recogieron los distribuidores del filme en España después de que su protagonista, a raíz de la reciente polémica, Karla Sofía Gascón no fuese la elegida para representar a la película en los premios del cine español. «Ante el odio y el escarnio, más cine y más cultura», destacaron Miguel Morales y Enrique Costa en la gala de este sábado.
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