Podrían ser las horas brujas entre esta medianoche y el primer resplandor del lunes horas de bellísima justicia poética, cinematográfica, racializada. Podrían ganar monstruos, podrían ganar niños mulatos en tránsito hacia su transformación en hombres araña. Podrían ganar los muertos. Podrían ganar descendientes de primeros ... ministros británicos y de mujeres de la tribu mohawk nacidas en la reserva Six Nations al norte del Lago Erie. Podrían ganar películas ('Anatomie dune chute', bien sur) ninguneadas por el gobierno de su nación, tanto que prefirieron enviar a la preselección una chuminada culinaria con la Binoche. Podrían ganar mujeres resucitadas de entre las aguas que, imbuidas de socialismo utópico sueltan a cámara que nuestro cuerpo es nuestro primer medio de producción

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Es decir, si hay Justicia en este mundo, si los dioses están de nuestra parte, podría ganar el recientemente fallecido Robbie Robertson, guitarrista de The Band, colaborador de Scorsese, canadiense con raíces de bravo piel roja. Podría, no, debería, ganar por la canción 'Wahzhazhe' interpretada en el filme de los asesinos de la luna por los cantantes de la tribu Osage. Podría (aunque acaso no debiera porque está ella, la Stone) ganar Lily Gladstone que además de tener sangre de los pies negros y los nez percé y haber sido criada en la reserva de Blackfeet, Montana, desciende de gran político escocés victoriano. Si hados y hadas se confabularan deberían ganar los FX de 'Godzilla', más ahora que la Berlinale ha rescatado su primera y magna aparición en pantalla. Si hay justicia para nuestros pueblos ganará el muy moreno 'Spider Man'. Con permiso del robot y el perro.

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