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VIRGINIA MELLADO
Lunes, 6 de febrero 2006, 01:00
SAN SEBASTIÁN. DV. Bebés voladores surcaban ayer el cielo donostiarra. E, impresionados, cientos de curiosos seguían a la comitiva. Un año más, las comparsas de iñudes y artzaiak dieron calor a la fría mañana de domingo, la más cercana al día de la Candelaria.
«Todo alegría, todo natural, sin ninguna rigidez. Así es esta fiesta», comentaba Jaime, el obispo de la compañía de Kresala, que desfiló con todo su arsenal por las calles de la Parte Vieja. Precisamente, la sociedad Kresala fue la que, en 1977, recuperó la tradición del desfile de iñudes y artzaiak en Donostia, desde que en 1912 desapareciera por prohibición papal. Hoy en día, más de 30 dantzaris, 60 tamborreros, personajes y decenas de niños animan el corazón de la ciudad interpretando Comparsa de nodrizas -kalejira donde las iñudes lanzan a los bebés por el aire mientras los artzaias saltan- o la coreografía de Kontradantza -baile de galanteo entre las iñudes y los artzaias-, piezas ensayadas durante varios días.
Más de uno se acercaba al obispo de Kresala para recibir su bendición y su grito de guerra: «Aufa alegría!». Serpenteando entre los dantzaris otros personajes animaban al público que se arremolinaba alrededor del espectáculo. El alcalde y su mujer, el médico y sus enfermeras, el pirulero... todos intentaban pasarlo bien y que la gente se olvidara del frío y disfrutara, como preludio al cercano carnaval. «A ver si el año que viene me ascienden a Papa», reía Jaime mientras bendecía un escudo de la Real, «que lo necesitan».
El color de esta fiesta también llegó ayer al barrio de Gros, de la mano de Groseko Artzai eta Iñudeen Taldea. Esta comparsa animó, durante dos horas, la calles del barrio, para terminar en la plaza Nafarroa Behera, donde la explosión de alegría fue total. «Nos gusta mucho esta fiesta», comentaban dos iñudes entre baile y baile, «porque es una tradición recuperada y muy de aquí».
También caldereros
Los niños del colegio San José desfilaron por la calle Prim, dentro de la comparsa de caldereros infantiles Los Corcones. Anunciando a grito pelado la inminente llegada de los carnavales de este año, terminaron de redondear la mañana dominical donostiarra, con un intenso sabor a fiesta y desenfreno.
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