Agur sardina, adiós disfraz

SAN SEBASTIÁN. DV. Antorcheros, nigrománticos, diablos, guerreros a caballo y el dragón acompañaron ayer a los habituales monjes, viudos y viudas de gala por las calles de San Sebastián, en el tradicional Entierro de la Sardina, que pone fin de forma oficial a los inauteriak donostiarras 2006. La principal novedad del desfile fue precisamente la recuperación de los primeros citados personajes, que ya acompañaron al cortejo fúnebre carnavalero hace 119 años, en 1886, es decir uno de los festejos iniciales, ya que del primero del que hay constancia se celebró veinte años antes, en 1.867.

Junto a ellos caminaron los 'ensabanados' -fantasmas- en representación de los que multitudinariamente desfilaban en el Entierro de la Sardina a finales del siglo XIX.

La comitiva partió en medio de un fuerte frío a las 19.31 horas de la Plaza Bilbao. Desde allí, y por un itinerario peatonal se desplazaron por la calle Getaria, cruce con la Avenida, Churruca, Plaza de Gipuzkoa, Elkano, para desembocar en el Boulevard. Allí en la Plaza Ugartemendia, enfrente del quiosco del Boulevard, se procedió a la tradicional quema de la sardina a las 20.01 horas.

El Carnaval donostiarra concluyó allí mismo, con el reparto de caldo caliente y chorizo cocido a las 20.16 horas, para todos aquellos que acudieron al lugar disfrazados.

La fanfare Gauerdi acompañó al dios Momo -Ismael Silva- en el acto final de los Inauteriak. Los Pasai interpretaron todas las obras de Sarriegui, que los guerreros y el dragón, de la mano del grupo Eskola, bailaron. Los incansables marcharon tras la sardina, precediendo al cortejo de viudos y viudas. Este año se incluyó también en el entierro la escena de los guerreros y el dragón.

En fin, muchas lágrimas y mucho luto al final del Carnaval, algunas de niños, que helados de frío querían irse ya a sus casas.