El cocinero donostiarra Martín Berasategui nos recibe emocionado en el bar Txepetxa de Donostia, «el mejor sitio del mundo, que me recuerda a mis orgígenes, cuando empecé en el mundo de la cocina como aprendiz con 15 añitos». Recuerda que no había universidades ni escuelas de cocina, y sin embargo surgió el movimiento conocido como «la nueva cocina vasca» con Arzak, Arbelaitz, Arguiñano, Subijana,... «Esta profesión es un ejemplo, todos creemos que unidos somos más fuertes que por separado, aunque no todo sea de color rosa entre nosotros y exista cierta rivalidad», explica. «Hemos conseguido un turismo gastronómico para San Sebastián que no soñaba ni el más listo de la política», añade Martín Berasategui, quien destaca su amistad con Karlos Arguiñano. El donostiarra confiesa que ha tenido ofertas de mucho dinero, incluso desde Dubai recientemente: «pero nuncha he dudado de marcharme, estoy donde quiero estar y donde me gusta que estén mis nietos, cerca de sus raíces». «Podría ser más rico pero no sé si más feliz, tengo las cosas superclaras,... no puedo dar un paseo en ninguna parte del mundo como en San Sebastián o en Lasarte», asegura.
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