![Viajar a Marruecos: ruta de Casablanca a Marrakech](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201910/19/media/cortadas/casablanca-4-kyd-U90449279996IyC-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
Ruta de Casablanca a Marrakech
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Una ruta desde el caos romántico de Casablanca a la paz del desierto y el color de Marrakech«Salam maleicum». Anfa sonríe. Lleva el pelo recogido. Elegante, discreta, invita a cruzar el umbral de oriente. Nos ofrece leche, dátiles y nueces con una sonrisa, el sabor de la bienvenida a un universo diferente. En Casablanca pervive la herencia gala en estilo Art ... decó. Edificios magnos, fachadas blancas y tejados plagados de antenas parabólicas conectadas a occidente, hacia donde mira la ciudad. A ras de suelo, braman los motores y el caos se apodera del asfalto. Las avenidas repletas de cafés anunciados con cartelería francesa desahogan la urbe, pero la salvación está en 'La Corniche', un paseo marítimo interminable que bulle en verano con sus restaurantes y discotecas con acceso privado a la arena. Más allá, la playa pública donde pasean los locales. El faro y el pequeño poblado de pescadores empequeñecen ante la Gran Mezquita Hassan II, cuyo minarete se alza hasta los 200m. Es el segundo templo musulmán más grande del mundo, lugar de culto para 20.000 oradores y 5.000 oradoras más en el 'mezzanine', con un 'hamman' subterráneo que se habilita en ocasiones especiales. La brisa costera refresca una visita obligada.
Casablanca nació en el siglo XI, protegida por una colina (Anfa en bereber) en la que los marinos portugueses avistaban una casa blanca desde la mar. En el siglo XX fue protectorado francés y durante la II Guerra Mundial era refugio y lugar de negociaciones vitales para la reconquista de Europa. Inspiró la obra maestra cinematográfica que lleva su nombre junto a frases inmortales como 'siempre nos quedará París'. Hoy la ciudad revive su pasado y refuerza su carácter de punto de encuentro comercial. Es la capital económica de Marruecos. Entre sus 7 millones de habitantes, una importante colonia extranjera trabajadora vive 'a la europea'. Restaurantes, cafés, centros comerciales con primeras marcas y hoteles de lujo que programan fiestas 'afterwork', son su cara más moderna.
Cómo llegar Iberia tiene líneas regulares con Marruecos.
Cuándo ir Casi todo el año se disfrutan temperaturas cálidas.
Hoteles El Barceló Anfa Casablanca y el Barceló Palmeraie de Marrakech son opciones extraordinarias. Ambos son cinco estrellas con una atención inmejorable. El primero es céntrico, moderno y con zona de SPA con 'hamman' (sauna). El segundo tiene SPA, zona para niños con granja animal y hasta piscina solo para adultos.
Restaurantes El chef Hicham El Heddani sorprende con su fusión de vanguardia y tradición en el Barceló Anfa Casablanca.
Casablanca también mantiene su identidad oriental con la vida del zoco de Habous y los lugares tradicionales donde descubrir su rica gastronomía. Si prefiere probar su vanguardia con un toque más occidental, Hicham El Hedadi, chef del Hotel Anfa Barceló, representa el aperturismo a las mejores influencias. Ganador de premios internacionales, presume con cariño de un concurso de pintxos en Donostia en 2010. En Casablanca exhibe talento, lujo y amor por la tradición.
Rumbo al oasis
En tres horas de buena autopista dejamos atrás la costa y el segundo puerto más grande de África para adentrarnos en un mar de arena. Una línea de colinas y cientos de palmeras se multiplican hasta dar con el oasis de Marrakech. Las aguas subterráneas provinientes del Atlas dan vida a un paraíso de colores ocre, rosa y verde. En su vegetación se refugió el malogrado Yves Saint Laurent para crear. Los jardines donde reposa el diseñador son ahora un lugar de peregrinaje abarrotado.
El corazón de Marrakech está en su Medina. La ciudad amurallada fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y dibuja un mapa laberíntico que transporta a siglos pretéritos del dominio almorávide. Desde alfombras, babuchas, joyería, medicina natural a base de infusiones a mil formas de artesanía que se alinean por gremios e invitan a regatear por ellas. Un precio dos o tres veces menor a la primera oferta suele ser lo justo. Llegar a un acuerdo puede ser un arte o un infierno para los más tímidos. Conviene sonreir. Es un juego.
En las entrañas de la ciudad amurallada se erige la Mezquita Kutubia, hermana de la Giralda de Sevilla. Palacios del siglo XIX en cuyas estancias brillan lacerías y arabescos que trazan techos mágicos. Fuentes y patios reinan espacios que acercan al paraíso.
Lejos de los latidos de un oasis lleno de vida, pero cerca de su frontera verde vive el alma de Marrakech. Un desierto pedregoso, ornamentado con dunas, jaimas o dromedarios, donde reside la paz. Nace el silencio absoluto. Un ocaso paulatino en el desierto dibuja una gama de colores irreal. Recibidos en un jaima, anochece tumbados entre alfombras ante un firmamento sobrecogedor. Un tallín cocinado a fuego lento. El frescor del viento desértico, las historias de Souhail y la buena compañía.
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