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ELI AIZPURU
Jueves, 8 de febrero 2018, 17:37
Matxinbenta es un pequeño barrio de poco más de medio centenar de vecinos situado en el corazón de Gipuzkoa, entre Beasain y Azpeitia. Por su situación geográfica durante mucho tiempo fue paso obligado de mercaderes y comerciantes desde el valle del Urola al Goierri o viceversa. El historiador azkoitiarra Juan Bautista Mendizabal, cronista oficial de la comarca, ha seguido durante años la peculiar historia de Matxinbenta junto al también historiador azpeitiarra fallecido en 2013 Imanol Elías. Como homenaje a su gran amigo, que durante muchos años investigó la historia de Matxinbenta, ha recopilado numerosos datos. También por el gran apego que el historiador tiene por la localidad, ya que su bisabuela, Daría Landa Bastarraica (1878), era de Matxinbenta «del caserío Suspain», matiza. Un barrio que ‘pertenece’ a diferentes municipios, algunos aparentemente alejados sísicamente.
Un pequeño río delimita los límites correspondientes a cada uno como si fueran porciones de queso. El lado izquierdo corresponde a Azpeitia (43,70%); el derecho a Beasain (46,70%) mientras que otro riachuelo que baja desde el monte otorga su porcentaje también a Ezkio e Itsaso (actualmente los porcentajes aún no se han repartido por lo que Ezkio-Itsaso, conjuntamente, cuentan con un 9,60%). Un ‘mugarri’ o piedra que delimita los límites muestra el punto donde confluyen las tierras de los municipios involucrados (se puede apreciar en una de las fotografías). Así, se da la peculiar situación en la que puedes estar con un pie en Beasain y otro en Azpeitia en un mismo punto.
Beasain es la localidad con un área de influencia mayor en Matxinbenta. Sin embargo, los vecinos del barrio «tienden más a Azpeitia», señala Xabier Mujika, auzo-alkate o alcalde de barrio. La explicación es sencilla. «Para trasladarnos a Beasain tenemos que pasar un puerto de montaña, el de Mandubia, por lo que se nos hace más ameno ir a Azpeitia, aunque la diferencia de kilómetros no varíe mucho». Por este motivo, y porque la escolarización de los niños, el ambulatorio o los autobuses escolares llegan desde Azpeitia la vida de los vecinos se dirige más hacia el Urola que al Goierri.
No sólo los límites geográficos hacen diferente este pequeño entorno rural. Justamente este pasado fin de semana Matxinbenta celebró sus fiestas patronales. Desde cientos de años atrás el barrio festeja las fiestas patronales de Santa Águeda. La fecha coincide también con la celebración de San Martín de Loinaz, santo beasaindarra y patrono de la parroquia de Matxinbenta, así como de Beasain. ¿A qué santo se deben entonces los matxinbentarras?
Mendizabal refiere a los datos históricos. La Iglesia y el Estado han tenido sus confrontaciones durante siglos. «La Iglesia dio a los reyes varios privilegios. Teniendo en cuenta el poder eclesiático en aquella época los reyes comienzan a querer controlar el poder de la Iglesia. Ésta cobraba impuestos y parte de ellos correspondían al Patronato (patrones) o al gobierno. Estos enfrentamientos se resolvían por medio de concordatos (acuerdos entre la Iglesia y el Estado)», explica.
En el s.XVIII tuvieron lugar concordatos muy importantes como el de 1737 o 1753 donde los reyes adquieren el poder y para controlar la Iglesia surgen los Planes Beneficiales. «El Estado realizaba unas preguntas. ‘Qué os hace falta o qué os sobra?’. Así se cerraron ermitas o conventos pero surgieron también iglesias. Es el caso de Matxinbenta, donde Beasain solicitó una iglesia al Estado». Así, el Plan Beneficial para erigir una iglesia en Matxinbenta data de 1769. En 1787 Beasain logró el permiso para realizar la Iglesia. El arquitecto Antonio Olaran la construyó y fue bendecida en 1790 en honor a San Martín de Loinaz, misionero franciscano del s.XVI, que fue martirizado en Japón junto a otros 26 misioneros en 1597, beatificado en 1627 y santificado en 1862.
Sin embargo, al igual que en otras muchas localidades vascas, en Matxinbenta «se celebrarían y seguirían las antiguas costumbres de Santa Águeda unidas a las creencias de antaño donde para finalizar el solsticio de invierno tocaban el suelo con los palos para despertar la tierra», señala Mendizabal. «Se tocaban las campanas porque pensaban ahuyentar los rayos y truenos. En Azpeitia o Azkoitia se sabe que era el Ayuntamiento el que se encargaba de abonar los gastos del toque de campanas. En Matxinbenta al no tener aún iglesia, seguramente, continuarían con la tradición de las makillas y celebrando Santa Águeda».
Por este motivo, se cree que al coincidir la fiesta de San Martín el día 5 de febrero -en Japón fueron martirizados el día 5 y por consiguiente, Beasain celebra el día de su patrón la misma fecha- con Santa Águeda, «la Iglesia dio permiso para que Mantxinbenta celebrara San Martín de Loinaz el día 6 de febrero».
El Ayuntamiento de Azpeitia «acogió muy mal la noticia de que en Matxinbenta se construyera una iglesia y tuvo litigios con el Ayuntamiento de Beasain». Con el tiempo, Azpeitia en su Plan Beneficial solicitó que «al igual que se hizo en Matxinbenta se hiciera una iglesia en Aratz Erreka. En 1831 se bendijo la de Aratz Erreka y más tarde la de Nuarbe, que contaba anteriormente con una ermita pero ampliada se inauguró 1897». Así, Matxinbenta fue la pionera. Con el paso del tiempo Matxinbenta sigue celebrando Santa Águeda, pero han encontrado una fórmula para salir del paso y no provocar tensiones entre las diferentes sensibilidades del barrio. Así Matxinbenta celebra, precisamente este fin de semana, las fiestas de Santa Águeda en honor a San Martín de Loinaz. Litigio solucionado.
La procedencia del nombre, asegura Juan Bautista Mendizabal viene de una venta o posada. «Tiene especial relevancia el topónimo Aratz, que ya mencionaran en la época romana. La primera denominación importante de Matxinbenta fue Aratz. Se popularizó el nombre Matxinbenta por una ‘Venta’ o posada (que se habla ya en el s.XVII), que unía la parte del Goierri». Sin embargo, otros otorgan la procedencia del nombre a otros hechos. Así lo explica Xabier Mujika, auzo-alkate o alcalde de barrio, que tiene guardados los fragmentos de un escrito del que desconoce su autoría en el que se cita que «el nombre de Machinventa nació de unos vecinos del barrio que a raíz de ciertas diferencias que tuvieron con el alcalde y secretario de Beasain, los desarmaron y los echaron fuera del Ayuntamiento, después de apalearlos. Entonces exclamaron las víctimas : ‘hauek matxiñak dira’, aludiendo, a la famosa revuelta que se originó en el pueblo de Azpeitia y Urrestilla», dice. De ahí que la acepción vendría por el de ‘matxinatuen venta’, aunque cabe destacar que las mismas fuentes citan la procedencia de Matxinenbenta como «la etimología más probable».
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A. González Egaña y Javier Bienzobas (Gráficos)
Lucía Palacios | Madrid
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